Meloni: "Precepto no político". Salvini: "Gana el sentido común"
(ANSA) - ROMA, por Barbara Marchegiani - La huelga del transporte se reduce de 8 a 4 horas: después de un largo tira y afloja y el precepto firmado por el viceprimer ministro y ministro Matteo Salvini, la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL) y la Unión Italiana del Trabajo (UIL) decidieron respetar la ordenanza para "proteger" a los trabajadores y no exponerlos al riesgo de sanciones, económicas y penales.
Pero los secretarios generales Maurizio Landini (CGIL) y Pierpaolo Bombardieri (UIL) no ocultan la posibilidad de impugnar la medida y aseguran su voluntad de "no parar" hasta obtener respuestas del gobierno. Por tanto, el conflicto sigue abierto.
Y tras ser cuestionada por los propios sindicatos, la primera ministra, Giorgia Meloni, también intervino: la elección de los preceptos "no es política" y "fue absolutamente compartida" en el Gobierno. Se basa en la indicación procedente de la comisión de garantía, "una autoridad independiente" y "una mediación entre dos derechos que deben ser ambos garantizados", explicó.
El derecho de huelga y el derecho de los ciudadanos a utilizar los servicios públicos. Derecho de huelga que, aseguró, no es intención del Gobierno cambiar.
Frente a esto, Salvini se declaró "satisfecho" con la reducción de la huelga del transporte: "Ganó el sentido común, los trabajadores y los ciudadanos". Y repitió que no se cuestiona el derecho de huelga.
Los dirigentes de la CGIL y de la UIL no lo creen así, convencidos, por el contrario, de que el precepto de una huelga que siguen considerando general -mientras que la Comisión de Garantia confirma también la lectura diferente en la audiencia en la Cámara- es un "ataque" al derecho constitucional.
; El llamado precepto en Italia es una medida cautelar con la que la autoridad competente impone el fin de una huelga. La disposición fue introducida en el país por ley del 12 de junio de 1990, n. 146, modificada por ley de 11 de abril de 2000.
La Comisión de Garantía es la autoridad que debe decidir la aplicación, cuyo objetivo es conciliar el ejercicio del derecho de huelga con los derechos de la persona garantizados constitucionalmente: a la vida, a la salud, a la libertad y a la seguridad, a la libertad de circulación, a la asistencia y a la seguridad social, educación y libertad de comunicación, definidos como esenciales.
Un acto "grave", "nunca antes ocurrido", repite Landini. "Un acto de escuadrismo institucional", plantea Bombardieri, al que "responderemos con la participación en una gran manifestación".
La referencia es a la manifestación en la Piazza del Popolo de Roma prevista el viernes para coincidir con la huelga. Que sigue siendo un paro de 8 horas para la función pública, la escuela, la sanidad, correos, a nivel nacional y para las regiones del Centro; de 4 horas para los autobuses y el metro, los trenes y los transbordadores. Una medida contra la que podrían presentar un recurso: "En nuestra opinión, los preceptos carecen de fundamento. Estamos verificando si se dan las condiciones y si nos plantearemos impugnar el texto", explicó el líder de UILl.
"Estamos evaluando todos los espacios posibles sobre los que actuar, las motivaciones están fuera de la Ley 146" de huelgas en los servicios públicos esenciales, añadió el número uno de la CGIL.
Ciertamente, aseguró Landini, "pueden preceptuar todo el tiempo que quieran, nosotros no pararemos hasta obtener resultados".
Sobre los temas abiertos, desde la reforma de las pensiones al fisco, de los salarios a la renovación de los contratos. "Si el gobierno piensa atemorizarnos, se equivoca", añadió Bombardieri.
La CISL no está con ellos, pero se manifestará el 25 de noviembre.
El secretario general Luigi Sbarra habla de una huelga "incorrecta" en esta fase y pide "respetar" las normas: la ley, subrayó, "fija condiciones precisas" y "las exenciones concedidas para las huelgas generales exigen la plena participación de todas las organizaciones más representativas y de todas las categorías. La huelga general no puede planificarse por etapas." La oposición también está en el campo. "Para Salvini es más fácil exhibirse ante los tranvías, pero más difícil seguir el ritmo de los bancos", atacó el diputado demócrata y exministro de Trabajo, Andrea Orlando.
"Cuando estaban ellos en la oposición querían parar todo", ahora retroceden, afirmó el líder del M5S, Giuseppe Conte.
Mientras tanto, la presidenta de la Comisión de Garantía de Huelga, Paola Bellocchi, comparece ante las comisiones de Trabajo y Transportes en la Cámara y reiteró que la huelga del viernes no es general: "Así que cada confederación podría proclamar un paro general a la carta".
El Partido Demócrata pide que continúen las audiencias con CGIL y UIL. (ANSA).