Cada vez más tensión entre desplazados en Gaza

Caos y promiscuidad forzada, ONU obligada a llamar a la policía

(ANSA) - KHAN YOUNIS, 12 NOV - En el caos infernal en el que está sumida la Franja de Gaza desde hace más de un mes, las tensiones entre las multitudes de desplazados que huyen de las bombas y el ejército israelí han obligado a los dirigentes de la UNRWA, el organismo de la ONU para los refugiados palestinos, a pedir la intervención de la policía de Hamás.
    Sus fuerzas del orden ya no pueden hacer frente a la avalancha de personas en sus instituciones, en su mayoría edificios escolares. Ahora en Khan Yunis, en el sur, las entradas están atendidas por agentes.
    Las chispas, explica uno de los directivos, pueden ser de varios tipos.
    "Uno de los motivos típicos de fricción está relacionado con el uso de la ducha. Los refugiados tienen derecho a ducharse cada 15 días y, naturalmente, surgen desacuerdos".
    En la mira se encuentran especialmente las mujeres con pelo largo, que utilizan cantidades de agua que otros consideran "excesivas" en las condiciones actuales. Alguna pobre muchacha, para escapar de los reproches, acabó cortándolo. Pero las diferencias culturales también tienen su peso.
    "Las mujeres que vienen de la ciudad de Gaza y que visten al estilo occidental - afirman fuentes locales - sienten el peso de las miradas de las mujeres de Khan Yunis", una ciudad más conservadora y tradicionalista. La presión psicológica actúa y pronto ellas también se ven obligadas a cubrirse la cabeza.
    En las instituciones públicas donde se hacinan a los desplazados (ahora muchos cientos de miles) la promiscuidad forzada genera otros altercados.
    "En las aulas - se explica - las mujeres duermen separadas de los hombres. Pero cuando uno de los maridos quiere hablar con su mujer, tiene que esperar fuera de la puerta para permitir que las otras mujeres se cubran, quienes lo hacen a regañadientes".
    Aún más tensas son las comidas colectivas en el patio, ya que no hay elección de platos.
    "Aquí estamos como encerrados en una prisión", exclama uno de los desplazados. Muchas madres también se quejan de que en tales condiciones es cada vez más difícil calmar a los niños: "Desde que estamos aquí - dicen - se han vuelto muy agresivos".
    Y aparentemente también son agresivos los padres que, acostumbrados a mantener un papel de autoridad en la familia, en condiciones desesperadas se sienten menospreciados frente a sus familiares.
    "Hasta ahora nunca nos habíamos visto obligados a abandonar nuestras casas durante un período de tiempo tan largo - observa una señora que fue una de las primeras en abandonar el norte de la Franja y que se encuentra en Khan Yunis desde hace varias semanas -. Ahora nuestras familias se están desmoronando gradualmente. No tenemos idea de en quién nos convertiremos una vez que esta guerra termine". (ANSA).