(ANSA) - TEL AVIV, 10 NOV - "Ustedes, los europeos, no
entienden el Islam, por lo tanto no pueden entender a un hombre
como Yahya Sinwar", dice a ANSA un analista israelí que prefiere
permanecer en el anonimato.
"Pero esta vez tampoco nos quedó claro lo que realmente
tenía en mente el jefe de Hamás en Gaza".
El ejército recuerda una frase suya: "Derribaremos la
frontera con Israel y arrancaremos el corazón de sus cuerpos".
"Y lo hicieron", admitió el analista.
Sin embargo, la decisión de tomar medidas ahora mismo sigue
siendo un enigma, a pesar de que destacados expertos en
geopolítica identificaron que al presidente ruso, Vladimir
Putin, le interesa desviar el foco de atención de la guerra en
Ucrania a la de Medio Oriente. Con una ayuda sustancial de
Irán..
Su usaron muchos calificativos para referirse a Sinwar,
considerado por Israel el principal responsable del ataque del 7
de octubre en el que murieron más de 1.400 israelíes: cruel,
carismático, manipulador, influyente, resistente.
Un conjunto de características explosivas se mezclaban en la
mente de este hombre de 61 años que permaneció en una prisión
israelí durante 22 años después de ser condenado a varias
cadenas perpetuas por el asesinato de tres soldados de las
Fuerzas de Defensa en Israel (FDI) y 12 palestinos sospechosos
de colaborar con el Estado judío.
Es muy recordado por los agentes del Shin Bet, el servicio
de seguridad interior israelí, que lo interrogaron a finales de
los años 1980: "Con bravuconería asumió la responsabilidad del
castigo infligido a un presunto informante. Llamó a su hermano,
miembro de Hamas, y lo obligaron a enterrarlo vivo arrojándole
tierra y tierra hasta que se asfixió. Éste es Yahya Sinwar".
En 2006 fue puesto en libertad junto con otros mil
prisioneros palestinos a cambio de la liberación del soldado
israelí Gilad Shalit, prisionero de Hamás en Gaza durante más de
cinco años. En la celda no perdió el tiempo, estudió al enemigo.
Aprendió hebreo y leyó todos los libros disponibles sobre los
padres de Israel, desde Vladimir Jabotinsky hasta Menachem Begin
y Yitzhak Rabin.
Una vez liberado, declaró en la televisión: "Sabemos que
Israel tiene 200 ojivas nucleares y la fuerza aérea más avanzada
de la región. No tenemos la capacidad de desmantelar a Israel".
Pero fue un engaño.
Al crecer en la zona más desfavorecida de Gaza, en Khan
Younis, apareció en la escena política con sus consejos sobre el
terreno al fundador de Hamás, el jeque Ahmed Yassin.
En 2017 fue elegido líder del grupo para toda Gaza, en
sustitución de Ismail Haniyeh, quien según algunos en la Franja
fue ascendido a jefe de Hamás en el extranjero, en Qatar.
Luego, Sinwar, conocido como Abu Ibrahim, fue reelegido en
2021.
Sus métodos violentos contra los opositores y espías
palestinos contribuyeron a convertirlo en un líder prominente:
tan amado por su pueblo como temido.
La inteligencia israelí recuerda que el apodo de Sinwar es
popular en Gaza: "el carnicero de Khan Yunis", lo llaman.
Incluso los miembros de Hamás le tienen miedo.
Su ascenso dentro del grupo gobernante de Gaza se basa
precisamente en una reputación de crueldad y violencia, que se
ha arraigado entre los rangos más altos de la facción.
El jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, lo advirtió
después del 7 de octubre: "Este atroz ataque fue orquestado por
Yahya Sinwar. Él y sus hombres ya están muertos".
Incluso el premier israelí, Benjamín Netanyahu, lo llamó "un
muerto viviente", comparándolo con "un pequeño Hitler".
Sinwar, sin embargo, no es Hitler, no es un sociópata que
quiere destruir a un pueblo. Quiere doblegar a una nación,
burlarse de ella, socavar su bien más preciado: el mito de la
seguridad de Israel.
Y no se puede decir que esto no sea ya una victoria, ya sea
que Sinwar esté vivo o muerto. Los terroristas arrestados dicen
que su líder se esconde bajo el hospital al-Shifa en la ciudad
de Gaza.
No se excluye que ellos también estén mintiendo. (ANSA).
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