En la ciudad, reuniones ministeriales y la cumbre de líderes
(ANSA) - RIO DE JANEIRO, por Patrizia Antonini - Río de Janeiro acogerá, entre febrero y noviembre, una veintena de reuniones del G20, una cada quincena. Se trata de un gran desafío para la ciudad, que se prepara para ser la vitrina más importante de la presidencia brasileña del foro multilateral, que comienza en diciembre.
Una metrópolis que, aunque marcada por problemas de seguridad, ha sabido cosechar éxitos en los grandes eventos que acogió, desde el viaje apostólico del Papa Francisco en 2013 hasta el Mundial de 2014, los Juegos Olímpicos de 2016, pasando por las numerosas ferias y festivales internacionales que tienen lugar allí cada año.
"Río de Janeiro es un estado único, lleno de belleza y de características propias, y para bien o para mal, todo lo que sucede aquí tiene resonancia global. Estamos luchando contra el crimen organizado, pero hemos planificado cuidadosamente la seguridad y estamos listos para albergar reuniones de del tamaño del G20, fortaleciendo la vocación de Río de ser anfitrión de Brasil", destacó a ANSA el gobernador, Claudio Castro.
"Con motivo de acontecimientos como la Cumbre de la Tierra de 1992 o la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible de 2012, Río ha sabido resaltar lo mejor de la hospitalidad y su gran potencial, imponiéndose en el escenario mundial como un escenario desde el cual relanzar una reflexión sobre la salud de nuestro planeta", explicó, por su parte, Bruno Costa, jefe del grupo de trabajo estatal sobre el G20.
El calendario aún está sujeto a cambios, pero ya está consolidado que Río será sede de la Ministerial de Asuntos Exteriores los días 21 y 22 de febrero, en el mismo mes en que la "ciudad maravillosa" celebrará el carnaval en el Sambódromo con el mayor espectáculo del mundo.
Y el programa incluye reuniones de los responsables de Finanzas en julio, de Clima y Sostenibilidad Ambiental y de Salud en octubre, hasta la cumbre de líderes de los días 18 y 19 de noviembre.
La lucha contra el hambre, la pobreza y el cambio climático, así como la reforma de las instituciones multilaterales, constituyen los tres pilares de la presidencia brasileña.
Y el estado de Río tiene mucho que expresar precisamente sobre la sostenibilidad.
"A partir de la compleja recuperación de la Bahía de Guanabara, la postal de la ciudad. Río es un laboratorio viviente donde llevamos a cabo el principal proyecto medioambiental de América", afirmó el Primer Ministro (secretario-jefe de la Casa Civil), Nicola Miccione, quien subrayó que la iniciativa aporta "dignidad y mejora la vida de tres millones de personas", a través de la universalización de los servicios de saneamiento, una iniciativa emblemática del gobierno de Castro.
Un plan que corre en paralelo a la recuperación de las lagunas Barra-Jacarepagua y Rodrigo de Freitas.
"Están previstas inversiones importantes en estas obras de alto valor social, que pueden contar con una gobernanza fuerte.
Los líderes del G20 - prometió Miccione - podrán presenciar este proceso ahora en pleno desarrollo".
Por otro lado, el estado de Río, a pesar de ser uno de los principales centros de producción de gas y petróleo del país, también pretende ser pionero en el sector de las energías limpias, con energía eólica marina y solar, pero también con producción de hidrógeno.
Y el estado fluminense pretende desempeñar un papel de vanguardia también en el ámbito de las nuevas tecnologías.
Símbolos de ello son el centro de investigación y desarrollo científico de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) y el Parque Tecnológico de la Universidad Federal, convertido en centro de innovación y conocimiento para muchas empresas, mientras el ejecutivo se compromete a avanzar con el "e-government" para una gestión cada vez más ecológica. (ANSA).