El funcionario del gobierno de Joe Biden reiteró así la oposición de Estados Unidos a que Israel vuelva a ocupar la Franja de Gaza al final de su guerra con Hamás, tras los comentarios del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu de que su país tendrá una "responsabilidad general de seguridad" por Gaza durante "un período indefinido" después de que termine la guerra.
Hablando en la reunión del G7 en Tokio, Blinken dijo que estaba claro que "Gaza no puede seguir siendo dirigida por Hamás", pero que "también está claro que Israel no puede ocupar Gaza".
El canciller señaló que podría ser necesario que haya algún tipo de período de transición al final del conflicto, pero que el pueblo palestino tendría que desempeñar un papel central en su gobierno tanto en Gaza como en Cisjordania.
Blinken dijo que los miembros del G7 se mantuvieron unidos en las principales crisis del mundo. El "primer foco del grupo fue la crisis en Oriente Medio". El comunicado conjunto del grupo pedía "pausas humanitarias", a falta de un alto el fuego.
"Todos estuvimos de acuerdo en que las pausas humanitarias promoverían objetivos clave para proteger a los civiles palestinos, aumentar el flujo sostenido de asistencia humanitaria, permitir que nuestros ciudadanos y extranjeros salgan y facilitar la liberación de los rehenes", dijo Blinken.
En tanto, el cruce fronterizo de Rafah de Gaza está abierto de nuevo hoy para los titulares de pasaportes extranjeros, dijo la autoridad fronteriza de Gaza.
Más de 700 personas son elegibles para cruzar, según una lista de viajeros aprobados obtenida por NBC News.
La lista incluye alrededor de 100 estadounidenses, junto con nacionales de Canadá, Egipto, Alemania, Filipinas, Rumania y Ucrania.
Israel, en tanto, aseguró que las tropas están "en el corazón de la ciudad de Gaza" a medida que sus militares intensifican su ofensiva terrestre en la mitad norte del enclave palestino.
Más de 1,5 millones de personas han sido desplazadas en Gaza, y los funcionarios de salud dicen que más de 10.500 han sido asesinadas. Israel dice que 1.400 personas murieron en el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre, y unas 239 personas siguen siendo rehenes en Gaza.
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