El tormento de las familias de los rehenes

Tremendas historias humanas. "No abandonen a los prisioneros"

El clamor de las familias por los rehenes en poder de Hamás (foto: ANSA)
El clamor de las familias por los rehenes en poder de Hamás (foto: ANSA)

(ANSA) TEL AVIV, por la enviada Silvana Logozzo -  Mira la cámara con los ojos hinchados por las lágrimas y suplica. "Si no puedes traerme a mis hijas, iré a Gaza, llévame allí y seré la rehén número 243. Un mes después del ataque de Hamás, todo el tormento de Maayan Zin se resume en un vídeo que es un llamamiento al premier israelí, Benjamín Netanyahu, y también al presidente estadounidense, Joe Biden, publicado en X (antes Twitter).
    Lo escribe, tras la atroz experiencia de presenciar el asesinato de su padre en el kibutz de Nahal Oz, en la frontera con Gaza.
    "Hoy se cumplen 30 días desde que me quitaron a mis hijas.
    Es imposible para mí dormir, pensar con claridad, incluso respirar. Por favor, les pido ayuda, llévenme a Gaza. Si tan solo pudiera abrazarlas, díganles que todo estará bien, mami está aquí, no importa qué pasa, mami está aquí", gime.
    El vídeo fue visto un millón de veces. A Maayan no le importan las vistas, pero "es necesario que el mundo lo vea, que me ayuden", apuntó. La mujer se enteró del destino de sus hijas el 7 de octubre cuando su hermana le envió una foto de Dafna sentada en un colchón en Gaza.
    "Ela y Dafna son todo lo que quería en la vida. Esta es mi existencia, ser madre", confiesa. El martes, Mayaan no estuvo en la Plaza de los Museos de Tel Aviv, frente al Ministerio de Defensa, donde se reunieron las familias de los rehenes y se recordó a las víctimas y a los desaparecidos. "No puedo enfrentarme a la gente.
    Y tampoco estuvo allí Igor Krivoi, que prefiere hablar por teléfono. Es el hermano mayor de Roni, 25 años, ingeniero de sonido en la fiesta rave en el desierto de Negev, desaparecido desde ese día.
    "La mañana del 7 de octubre, mientras intercambiaba mensajes con amigos diciendo que estaba huyendo de los terroristas", contó su hermano.
    En las fotografías entregadas a ANSA por su familia, Roni aparece relajado, de vacaciones, con el pelo largo y rubio, un rostro angelical, abrazando a su perro.
    "Llegó al festival durante la noche, tenía que trabajar allí. Y además divertirse, le encanta la música. Entonces pasó todo", cuenta Igor desde su casa en Karmiel, en el norte de Israel.
    "Empezó a correr con un amigo suyo para escapar de los terroristas, en un momento determinado se perdieron". El amigo recibió algunos mensajes. Entonces no se supo nada más. Intentó llamarlo, respondió un hombre en árabe. Después apagaron el teléfono.
    "Esto es todo lo que sabe la familia: el ejército -apunta el hermano- notificó a sus familiares que el joven fue llevado a Gaza el jueves después del Shabat, pero sin dar detalles. "¿Si estoy enojado con el gobierno? Más bien estoy decepcionado, no hacen lo suficiente", admitió Igor.
    Y pide enviar un mensaje a Roni, como si el pensamiento pudiera darle fuerzas: "Te amo, toda la familia te ama. No dejaremos de luchar hasta que puedas volver a casa".
    Una anciana se detiene en la Plaza de los Museos, rebautizada como Plaza de los Rehenes y Desaparecidos, en Tel Aviv. Muestra a ANSA el cartel que lleva colgado al cuello con la foto de un joven bello y sonriente: "Soy tía de Matan Zangauker, de 24 años, rehén en Gaza. Vine yo aquí, los padres no pueden venir".
    Los familiares más cercanos de los secuestrados y asesinados hoy permanecieron en su mayoría en casa con sus seres queridos y su dolor. Pero otros familiares los representan en manifestaciones en todo el país para no dejar que la pátina del olvido caiga sobre las 1.400 personas asesinadas, los más de 200 rehenes, los aproximadamente 39 desaparecidos.
    La jornada se abrió con un minuto de silencio, las ciudades bajaron la bandera israelí a media asta. El sentimiento de duelo también se sintió en Jerusalén, donde se organizó una protesta silenciosa frente a la Knesset (parlamento): nadie alza la voz, los carteles dicen: "No abandonen a los prisioneros". (ANSA).