Borraremos Hamás, por nosotros y por palestinos"

Dijeron reservistas de la unidad de artillería 454

Blindados israelíes operando en Gaza (foto: ANSA)
Blindados israelíes operando en Gaza (foto: ANSA)

(ANSA) - TEL AVIV, por Massimo Lomonaco - El soldado tiene el casco ritual judío en su cabeza, viene de Lod, ciudad mixta situada en el centro de Israel y habla claro a un mes del ataque del 7 de octubre: "Creo que debemos eliminar totalmente a Hamás. No solamente por nosotros, sino también por los palestinos", dijo a ANSA.
    Su unidad de artillería, la 454, compuesta enteramente por reservistas, se halla en el sur de Israel a un tiro de piedra de la frontera con Gaza. En un gran terreno sin pavimentar se ubicaron tanques que golpean -a indicaciones de las tropas ya en el interior de Gaza- los puestos de Hamás. Y a tiro casi continuo y los periodistas -con chalecos antibalas y casco obligatorio- están obligados a colocarse protectores en las orejas para suavizar el impacto ensordecedor de los tiros.
    Para llegar a la base de la unidad, acompañados por soldados, se atraviesa la carretera vecina y se adentra en la vegetación hasta llegar al terreno. A no mucha distancia la calle está abarrotada de autos civiles: la guerra en un escenario de normalidad.
    "Debemos liberar Gaza de Hamás -insistió Matan-. Utiliza a los civiles como escudos humanos y los palestinos sufren en manos de Hamás. Mientras estos existan, Israel continuará en peligro".
    Junto a él, un grupo de compañeros -todos treintañeros- asienten mientras no muy lejos se apilan los proyectiles a lanzar. Resguardado por uno de los tanques, Matan explicó que "es necesario llevar a término la misión, liberar a los rehenes y eliminar esta organización terrorista que quiere solo una Palestina del río al mar sin un Estado judío. Esto -dijo- no lo aceptaremos jamás, aunque espero que esta sea la última guerra.
    Finalmente, aún con la victoria, el conflicto será un gran trauma para todo el país".
    La base está en estrecha conexión con las tropas dentro de la Franja, las posiciones de los milicianos a impactar son transmitidas por quien está en el campo de batalla. En el interior reina una aparente desorganización, pero, poco a poco, viendo la disposición de los tanques y la sala de comando, se comprende la efectiva capacidad.
    Bajo un ancho toldo -que protege del Sol en un calor asfixiante- figura el corazón de la base angosto entre dos tanques y otros medios blindados como protección. Mesas, sillas, catres de campo, refrigeradores conectados, quién sabe dónde, cestos de fruta y verduras, latas de alimentos. Una joven soldado, con el grado de sargento, comenta la carrera contra el tiempo y la conmoción que siguieron a las primeras órdenes de volver al servicio la noche del 7 de octubre.
    "Lanzamientos masivos de cohetes desde Gaza hubo otras veces -subraya Ido, otro reservista con un inglés fluido por haber vivido en Sidney-, pero aquella noche, en un cierto punto, los canales de noticias comenzaron a recibir y transmitir las conversaciones telefónicas de las personas encerradas en los refugios que pedían ayuda. Estábamos completamente en shock.
    Incluso los propios conductores de los programas de TV. Perdí dos amigos que fueron asesinados en el Nova Festival en el kibutz de Beeri. Y luego -continuó- comenzaron a circular los videos que mostraron exactamente lo que sucedió. Y que es brutal".
    Todos los reservistas (Israel llamó a más de 300.000) dejaron a sus familias y a sus hijos en casa, suspendieron sus trabajos y algunos regresaron apresuradamente desde el extranjero donde estaban.
    "Si hay una guerra justa -subrayó Matan- es esta. Hamás es como ISIS. Vimos lo que hizo en Israel. En algunos lugares fue incluso peor que la Shoah. Debemos derrotar a los terroristas radicales en todo el mundo y Hamás es parte de ellos. Al igual que Hezbolá, como Irán". (ANSA).