(ANSA) - MOSCU, 06 NOV - Los 31 años de la era Joseph Stalin
aún están lejos, pero Vladimir Putin pronto podría cerrar la
brecha y ampliar su ventaja sobre el segundo líder más longevo
de la Rusia moderna, Leonid Brezhnev, quien mantuvo las riendas
del imperio (entonces soviético) durante 18 años.
De hecho, seis fuentes cercanas al Kremlin dijeron a la
prensa internacional que el presidente tiene intención de
presentarse a un quinto mandato en marzo próximo, con el
objetivo de permanecer en el cargo al menos hasta 2030 y
alcanzar así 30 años de permanencia en el poder, incluidos
cuatro (2008 - 2012) en los que fue primer ministro.
Interrogado sobre el tema, el portavoz presidencial, Dmitry
Peskov, se mostró cauteloso: "Putin aún no emitió ninguna
declaración al respecto", comentó a la agencia Tass, añadiendo
que "todavía no se anunció una campaña electoral".
Es decir, aún no se comunicó oficialmente la fecha de la
consulta, que debería ser el 17 de marzo. Sin embargo, hace
aproximadamente un mes el propio Peskov se esforzó al afirmar
que Putin es "sin duda la figura política número uno" en Rusia y
que "difícilmente podría afrontar una real competencia
electoral".
Entre diplomáticos, servicios de inteligencia y periodistas
que cubren Rusia ya había pocas dudas de que Putin renunciaría a
presentarse nuevamente a las presidenciales, después de haber
promovido en 2020 una reforma constitucional que le permite
sortear el límite anterior de dos mandatos consecutivos
otorgándole precisamente la posibilidad de presentarse a la
presidencia en 2024 y, en teoría, también a aquella de 2030.
Pero ahora las indiscreciones recogidas por Guy
Faulconbridge, jefe de la oficina de Reuters en Moscú y antiguo
conocedor de la Rusia, ya no parecen dejar ninguna
incertidumbre.
Como subraya el propio periodista, no se podía pensar que el
líder ruso, que tiene 71 años y llegó a la presidencia por
primera vez en el 2000, dejaría el mando en medio de un
conflicto en Ucrania que generó "el mayor choque con "Occidente
desde la crisis de los misiles cubanos de 1962", y que el propio
Putin ve como un desafío existencial para el país.
Además, según las encuestas del Centro Levada, el actual
presidente disfruta sistemáticamente de un índice de aprobación
superior al 80%.
Un hecho difícil de cambiar, dado el endurecimiento de la
represión, el control sobre los principales medios de
comunicación y la ausencia de líderes de la oposición que puedan
contar con un significativo apoyo popular.
En teoría, las elecciones presidenciales en Rusia deberían
celebrarse prácticamente al mismo tiempo que las de Ucrania,
donde, sin embargo, se ven afectadas por el conflicto.
El exasesor presidencial Oleksi Arestovich, figura popular
por su constante participación en debates en los canales de
YouTube y Telegram, ya anunció que pretende desafiar a Zelensky
presentándose como candidato.
Entre los puntos de su programa está la propuesta de que
Ucrania se incorpore a la OTAN a cambio de renunciar a la
reconquista militar de los territorios ocupados por los rusos,
dejando que su futuro sea objeto de negociaciones.
El presidente reiteró, en cambio, que las negociaciones con
Moscú sólo podrán iniciarse cuando las tropas rusas hayan
abandonado el territorio ucraniano y que el conflicto de ninguna
manera se encuentra en una fase de punto muerto.
Una forma de responder a las críticas recogidas por el Time
por colaboradores anónimos, que acusaron a Zelensky de apostarlo
todo a una victoria difícil de alcanzar sobre el campo, y del
jefe de las Fuerzas Armadas, Valeriy Zaluzhny, que en una
conversación con El economista había hablado de una guerra que
se había vuelto ahora de "posición" y de "desgaste" que
favorecerá a Rusia. (ANSA).
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