(ANSA) - BEIRUT, 02 NOV - La tormenta antes de la "victoria":
con este espíritu, decenas de miles de combatientes proiraníes
de Hezbolá, desde hace tres semanas movilizados en primera línea
contra Israel desde el frente libanés, esperan el discurso de su
líder Hassan Nasrallah.
Esto mientras el Partido de Dios intensificó los ataques
hoy, activando las "bocas de fuego" contra posiciones israelíes
a lo largo de toda la trinchera de guerra. Y utilizando, por
primera vez desde el 7 de octubre, dos drones suicidas contra
una base militar enemiga en Shebaa Farms.
Una escalada que llevó al ejército israelí a afirmar que
entre las filas de Hezbolá se sumaron, desde la vecina Siria, la
milicia proiraní "Imam Hussein". No hay evidencia de esto. Si
bien es un hecho que el ala libanesa de Hamás, que opera bajo el
control y supervisión de Hezbolá en el sur del Líbano, se
atribuyó la autoría del lanzamiento, sin precedentes hasta el
momento, de 12 cohetes hacia la ciudad israelí de Kiryat Shmona,
en el Alto Galilea, provocando cuantiosos daños y un par de
heridos civiles.
En las últimas horas, tres civiles murieron por fuego
israelí en el Líbano y otros dos resultaron heridos.
Medios de comunicación de Estados Unidos, en tanto, dieron
crédito a fuentes de inteligencia estadounidenses, según las
cuales los mercenarios de Wagner están en contacto con Hezbolá
para proporcionar a los combatientes proiraníes sistemas de
defensa aérea en caso de ataques aéreos israelíes masivos, en
particular los SA-22.
A Estados Unidos, que dispone de dos portaaviones en el
Mediterráneo como elemento disuasorio contra Hezbolá e Irán, la
televisión Al Manar TV del mismo partido armado libanés
respondió con un comentario confiado a uno de sus analistas: "Si
ponen en el medio a Wagner, los estadounidenses tienen mucho
miedo."
Siempre en el contexto de la guerra mediática en curso entre
las partes, Hezbolá difundió un nuevo anticipo de imágenes de
Nasrallah, para mantener viva la atención sobre su discurso de
mañana, a las 15 horas (13 GMT).
El anuncio del discurso del líder chiíta se hizo el lunes
pasado: optó por no crear ningún efecto sorpresa, pero dejó a
todo el Líbano y a muchas regiones de Medio Oriente en una
ferviente expectación.
Sin embargo, a medida que pasan los días y las horas, la
hipótesis que parece más creíble va ganando terreno en Beirut y
en las demás capitales de la región: Nasrallah no anunciará
ninguna guerra a gran escala con Israel, pero mantendrá en alto
la retórica de la "victoria" contra "las agresiones sionista",
"en solidaridad con Gaza" y con la ofensiva de Hamás.
En la práctica, sobre el terreno -afirman los observadores
libaneses, cercanos y hostiles a Hezbolá- el movimiento armado
proiraní seguirá "tirando de las orejas" a Israel, manteniendo
el frente abierto a lo largo de la línea de demarcación entre
los dos países. Porque "con el apoyo brindado hasta ahora a
Hamás y con las pérdidas infligidas a Israel, Hezbollah e Irán
ya ganaron". (ANSA).
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