Más bombas sobre Jabaliya. La Unión Europea clama por los civiles
(ANSA) - TEL AVIV, Massimo Lomonaco - Las puertas del paso de Rafah se abrieron, dejando salir a centenares de extranjeros, de personas con doble pasaporte y también heridos. Entre ellos, los primeros cuatro italianos, voluntarios de ONG internacionales, recibidos por diplomáticos de Roma y acompañados a El Cairo.
La salida de Gaza es un pequeño espiral en el conflicto que se torna cada día más feroz: un nuevo bombardeo impactó en el campo de refugiados de Jabaliya, en el norte del enclave palestino, ya teatro el martes de un importante raid que dejó bajo los escombros decenas de muertos, con la ONU que vuelve a alzar los tonos y habla de "posibles crímenes de guerra".
Las fuerzas combinadas israelíes, entre tropas y tanques, después de violentos combates con Hamas están a las "puertas de Gaza City", cercada de tres lados -norte, centro y sur- con una maniobra de pinza que tiende a echar raíces en lo profundo de la Franja.
Acerca del número de cuántos atravesaron el doble confín entre Gaza y Egipto no se tiene aún certeza. Fuentes egipcias hablan de 335 extranjeros y personas con doble nacionalidad a más de 76 heridos. Esta primera evacuación podría ser replicada quizás mañana, y proseguir en los próximos días para permitir a otros marchar, entre ellos varios italianos y con doble ciudadanía.
En el terreno, el enfrentamiento es encarnizado: el nuevo ataque israelí al campo de refugiados de Jabaliya -anunció el ministerio de Sanidad de Hamás- causó "decenas de muertos y heridos". Ayer, según la misma fuente, hubo 50 víctimas. El jefe de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, lo describió como "la última atrocidad que afecta a los habitantes de Gaza": en la Franja -añadió- "los combates han entrado en una fase aún más aterradora, con consecuencias humanitarias cada vez más aterradoras".
"La seguridad y protección de los civiles no es únicamente una obligación moral, sino también jurídica", resumió el alto representante de la UE para la política exterior, Josep Borrell.
El ejército israelí insiste en que en Jabaliya, en los túneles bajo el campo de refugiados, se escondía el comando central de Hamás en el norte de la Franja, con su líder Ibrahim Biari y decenas de milicianos de la facción islámica atrincherados.
Y los túneles son un objetivo prioritario para las Fuerzas Armadas, junto con los líderes de Hamás: el último en ser alcanzado y asesinado hoy fue Muhammad Asar, comandante de la unidad de misiles antitanque.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que el ejército israelí trabaja para descubrir "la red clandestina de Hamas y sacar a los terroristas". "Estamos a las puertas de la ciudad de Gaza", anunció el general Itzik Cohen, comandante de la 162 División del Ejército, añadiendo que los soldados "ahora están en lo profundo de la Franja". Prueba de la gravedad de los enfrentamientos con Hamás es el número de 16 soldados muertos, según informó el ejército desde que entraron por primera vez en el norte de la Franja.
El escenario general de la región parece complicarse aún más. Israel -después de que los misiles llegados desde el Mar Rojo a la ciudad de Eilat lanzados por los hutíes yemeníes aliados de Irán- decidió desplegar naves lanzamisiles frente a la costa, que encaja entre Jordania y Egipto.
"Sabemos también atacar en el lugar y en el momento adecuados, con base en nuestros intereses de seguridad -advirtió el portavoz militar Daniel Hagari-". Por no hablar del Líbano, desde donde siguen llegando cohetes y granadas de mortero, a los que Israel responde.
Actualmente, no hay acuerdo sobre el destino de los 240 rehenes en manos de Hamás -que hoy anunció la muerte de 3 de ellos en los ataques israelíes a Jabaliya- a pesar de los intensos esfuerzos de Qatar. El jefe de la facción islámica, Ismail Haniyeh, afirmó que se necesita "un alto el fuego" para su liberación.
Una petición rechazada varias veces por Israel, que recurre más bien a la presión militar sobre la Franja para favorecer su liberación. Una solución en la que también trabajan los comandos estadounidenses llegados a Israel.
El secretario norteamericano de Estado, Antony Blinken, llegará el próximo viernes a Jerusalén, pero también a otros países de la región: el respeto a los civiles y el aumento de la ayuda humanitaria están en el expediente. Mientras tanto, Jordania, después de Jabaliya, llamó a su embajador en Tel Aviv y pidió a Israel que no envíe a su embajador a Amán.
La lluvia de cohetes continúa sobre el Estado judío en el sur y el centro (incluido Tel Aviv), mientras los muertos en Gaza son 8.796 (Hamás no distingue entre civiles y milicianos), de los cuales 3.648 son menores y más de 22.000 heridos. (ANSA).