Emergencia en la Franja, sala de partos en colapso

Al menos 50 mil mujeres embarazadas.

(ANSA) - GAZA, 26 OTT - En la sala de partos del reluciente hospital al-Awda de Nusseirat, en el centro de la Franja de Gaza, nadie recuerda días tan intensos. También aquí, como en toda la Franja, la memoria está marcada por la fecha del 7 de octubre: hay un antes y un después del inicio de la guerra entre Hamás e Israel.
    "En tiempos normales -contó a ANSA el doctor Abdel Razek al-Kurd, uno de los directores del hospital- en nuestra sala de partos teníamos entre 7 y 10 alumbramientos al día. Luego todo cambió con la llegada al sur de la Franja de cientos de miles de desplazados, que huyeron tras la orden del ejército de abandonar las zonas al norte de la ciudad de Gaza".
    Nusseirat es la "primera estación", después de la línea indicada por Israel que debían cruzar, la de Wadi Gaza. Y para quienes no tienen recursos, también es el punto de llegada.
    Mientras otros hospitales cerraron sus salas de parto, aquí convergen mujeres que tienen que dar a luz.
    "Durante tres semanas hemos tenido una media de 43 partos al día", explicó el médico mientras mira un historial, para luego precisar: "Ayer siete fueron cesáreas".
    La situación en las maternidades corre el riesgo de convertirse en una emergencia dentro de una emergencia, según las estimaciones publicadas estos últimos días por la Organización Mundial de la Salud (OMS): en toda la Franja de Gaza hay al menos 50.000 mujeres embarazadas que no pueden obtener servicios de salud mínimos y esenciales.
    Y en las próximas semanas se espera que al menos 5.500 den a luz. Cifras que causan gran alarma, teniendo en cuenta la desesperada situación de los hospitales, ahora al borde del colapso por falta de combustible y medicinas y tomados por asalto por los heridos de los ataques.
    Inaugurado hace un año, Al Awda fue concebido como un hospital privado. Ahora, ante las tragedias de la guerra, intenta hacer frente a la situación, aunque no reciba financiación de los hospitales públicos. Quienes demuestran que están desplazados del norte de la Franja de Gaza y no pueden pagar, reciben asistencia gratuita. Para los heridos graves (los bombardeos son frecuentes en esta zona) se instaló una tienda de campaña equipada como sala de urgencias cerca de la estructura principal.
    "Muchos niños -prosigue el médico- también son hospitalizados cada día" debido a las numerosas dificultades que afrontan los desplazados. En primer lugar, la mala calidad del agua que, mezclada con leche en polvo para recién nacidos, "puede provocar reacciones críticas". Por no hablar de la falta de alimentos nutritivos que pesa sobre la salud de los niños.
    Actualmente, hay entre 10 y 12 recién nacidos en la sala de incubadoras. La entrada está prohibida a personas ajenas y reina un ambiente tenso debido a la escasez de combustible para la electricidad necesaria para el funcionamiento de las máquinas y monitores. En el techo se instalan paneles solares que, de alguna manera, contribuyen a las necesidades de las estructuras durante el día. Pero cuando cae la noche, todo depende de sólo dos generadores.
    Y la crisis se hace sentir. "Si tan sólo uno de ellos dejara de funcionar (esa es la pesadilla del doctor Al-Kurd), esos recién nacidos morirían en cinco minutos".
    El hospital contrató un equipo de electricistas, en alerta permanente, capaces de intervenir en situaciones de emergencia.
    Y "lucha con el ministerio de Sanidad para conseguir más combustible que nos permita seguir asistiendo a los necesitados". Mantener encendida la luz que para muchos de esos niños es la única esperanza de supervivencia. (ANSA).