(ANSA) - KHAN YOUNES, 25 OTT - Entre la luz que va y viene, y
que hace que, muchas veces, no tengan la posibilidad de ver la
televisión ni de escuchar la radio para de saber lo que está
pasando, los refugiados, angustiados, bombardean de preguntas a
los periodistas con los que se encuentran, entre ellas, si habrá
un ataque terrestre o si hay esperanzas de lograr una tregua.
Además, cuando llegan cifras de la Oficina de Información de
Hamás, que confirman la destrucción de sus hogares: "Ciento
cincuenta mil viviendas dañadas", afirmaron los milicianos.
Todos estaban ocupados discutiendo los últimos
acontecimientos del conflicto en el centro de Khan Yunes, en el
sector sur de la Franja, donde desde hace casi 10 días, están
atrapados en carreteras que les son ajenas, mientras que al otro
lado de Gaza el ala militar de Hamás se enfrenta a Israel y
continúa con incesantes lanzamientos de cohetes e intentos de
infiltración de comandos.
A menudo no hay luz y los refugiados no tienen medios de
información.
Los daños causados ;;hasta el momento por los bombardeos
aéreos los dejan aterrorizados.
"¿Qué nos encontraremos cuando regresemos? ¿Seguirá habiendo
una casa, o tendremos que vivir en una tienda de campaña, al
lado de lo que queda de nuestra casa?", se preguntan.
La mera perspectiva de un regreso, una vez terminado el
conflicto, parece problemática: los coches siguen estacionados
en las calles y ahora se están quedando sin gasolina.
Moverse dentro de la Franja es, ante todo, un problema
logístico.
"Nuestro temor es que Israel lleve a cabo una invasión
militar. El peligro es que entre sus planes esté empujarnos en
masa hacia el Sinaí, hacia Egipto. ¡Nunca lo haremos!".
En realidad, la idea de abandonar Gaza para siempre y
empezar una nueva vida en algún lugar del extranjero no es del
todo extraña.
Bajo una tienda de campaña improvisada, un hombre dice que
trabajo toda su vida para la educación de sus hijos: "Tengo
cuatro, todos graduados y todos desempleados. No tienen futuro
aquí".
Muchos intentaron llegar a Europa con medios improvisados.
Hubo naufragios y ahogos.
"Y si abrieran el paso de Rafah, ¿cruzarías a Egipto?", le
pregunta un periodista a uno de los refugiados. "Mientras dure
el ataque israelí, ciertamente no. ¡Sería una fuga!".
Pero más adelante algunos considerarían esa posibilidad.
"¿Qué tipo de vida tenemos aquí?", repiten diciendo,
además, que llevan 15 años encerrados en la Franja debido al
bloqueo impuesto por Israel.
"No podemos movernos. ¿Y qué resultados obtuvo Mahmud Abbas
(Abu Mazen) cuando emprendió el proceso de paz? Basta con
mirarlo, atrincherado en la Muqata, el cuartel general de
Ramalá. En Israel hay un gobierno de extrema derecha que nunca
aceptará el establecimiento de un Estado palestino. La vía
diplomática no dio resultados, generó desesperación y por ende
el uso de la fuerza. Los israelíes -repiten- sólo entienden el
lenguaje de la fuerza".
Entretanto, los bombardeos israelíes continuaban con
intensidad y hoy llegaron al cercano hospital de Shuhada los
cuerpos de muchos muertos, algunos incluso mutilados.
El horror está en las caras de todos. "En mi familia - dice
uno de los refugiados - ahora hemos decidido distribuirnos en
varias casas, en diferentes lugares. De esa manera, es más
probable que algunos de nosotros sobrevivamos a esta
catástrofe". (ANSA).
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