(ANSA) - TEL AVIV, 24 OTT - "Atravesé el infierno, nunca
pensé que esto podría suceder", expresó Yocheved Lifshitz, de 85
años, una de las dos mujeres liberadas el lunes por la noche por
el grupo fundamentalista Hamás.
Lifshitz había sido tomada como rehén el pasado 7 de octubre
en el ataque al kibutz de Nir Oz, y al día siguiente de su
liberación narró su prisión que duró dos semanas.
La señora -liberada junto a Nurit Yitzhak Cooper, de 75
años- se encuentra ahora en Israel con sus familiares pero no
con el marido, que está aún prisionero en Gaza.
Lifshitz, que fue una activista pacifista toda la vida,
subrayó que fue tratada bien por sus carceleros, levantando no
pocas polémicas en Israel. En un video que se convirtió en viral
en las redes sociales se observa a la ex rehén saludar con el
típico gesto judío "Shalom" a los milicianos luego de haber
estrechado su mano en el momento de la liberación.
"Invadieron el kibutz haciendo volar la valla electrónica
que costó 2.500 millones de shekel y no sirvió para nada. Luego
me colocaron en una motocicleta y partieron raudamente a través
de los campamentos" hacia Gaza. A lo largo del recorrido
-precisó la mujer a los periodistas sentada en una silla de
ruedas- fui golpeada con bastones.
"No me rompieron las costillas pero me hirieron gravemente,
y me costaba respirar. Los terroristas me sacaron el reloj y mis
joyas. Una vez llegados a Gaza fui llevada al ingreso a una
serie de túneles" que describió como "una telaraña" y debió
caminar kilómetros" a lo largo de pasadizos con suelos mojados.
"Al finalizar el recorrido, que duró 2 o 3 horas, llegamos a
una gran sala donde estaban reunidos unos 25 rehenes. Nos
dijeron -explicó Yocheved- que
creían en el Corán y que no nos harían daño, que nos garantizan
las mismas condiciones que tienen en los túneles".
Ella y otros 4 rehenes del kibutz compartieron la misma
habitación subterránea.
"En un cierto momento llegó un médico", explicó la anciana
señora, y los rehenes fueron puestos sobre colchones. El doctor
venía cada dos días y organizaba las medicinas.
"El tratamiento que nos reservaron fue bueno. Limpiaban los
baños, no nosotros. Tenían miedo al contagio". Con los captores
no hablaron de política. "Les dijimos nada de política y no
respondimos a sus preguntas. Y hablaban todo tipo de cosas.
Fueron muy amables con nosotros. Se ocuparon de todas nuestras
necesidades, merecen crédito por eso".
Su hija Sharone -que estaba con ella durante el encuentro
con los periodistas- dijo que la madre "esperaba, en verdad, que
todas las personas que estaban con ella vuelvan a casa. Nuestros
corazones están con los 200 rehenes todavía están allí. Nuestro
corazón está con mi padre y con todos los prisioneros que están
aún allí".
"Hamas adoptó los métodos de la guerra psicológica de los
nazis", comentaron, por su parte, los funcionarios del gobierno
israelí.
"Justamente como los nazis organizaron visitas orquestadas
por cuenta de la Cruz Roja a un campo de concentración "limpio"
con el objetivo de presentarse al mundo como seres humanos.
"Hamás, mientras masacra, viola mujeres y dispara contra los
niños, busca presentarse como humano al liberar un puñado de
personas que raptó y que presumiblemente trató bien. No debemos
creer en la propaganda de Hamás. Es peor que el ISIS", añadieron
las mismas fuentes. (ANSA).
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