Duro cruce en la ONU, Guterres choca con los representantes israelíes

El secretario general habla del sufrimiento del pueblo palestino y desata la ira

Israel está lista para ingresar a Gaza. El Ejército presiona (foto: ANSA)
Israel está lista para ingresar a Gaza. El Ejército presiona (foto: ANSA)

(ANSA) - TEL AVIV, por Massimo Lomonaco - La guerra en Gaza llega al Consejo de Seguridad de la ONU y provoca un durísimo cruce entre el secretario general de la organización, Antonio Guterres, y los representantes de Israel; tanto que el ministro de Asuntos Exteriores, Eli Cohen, presente en Nueva York, se negó a reunirse con él, mientras que el embajador israelí, Gilad Erdan, pidió su dimisión inmediata.
    "Es importante -afirmó Guterres hablando en el Palacio de Cristal en un ambiente caldeado- reconocer que los ataques de Hamás no surgieron de la nada. El pueblo palestino ha sido sometido a 56 años de ocupación asfixiante".
    Luego añadió que ciertamente "el sufrimiento del pueblo palestino no puede justificar los atroces ataques de Hamás", pero también que esos mismos ataques "no pueden justificar el castigo colectivo del pueblo palestino". Por tanto, Guterres lamentó las "claras violaciones del derecho internacional humanitario" que se están produciendo en la Franja e insistió en la petición de "un alto el fuego humanitario", que Israel ha rechazado reiteradamente.
    El primero en reaccionar fue el representante israelí: "Un secretario general de la ONU que muestra comprensión por la campaña de exterminio masivo de niños, mujeres y ancianos no es apto para dirigir la ONU. Le invito a dimitir inmediatamente", bramó.
    "No tiene sentido -denunció Erdan- hablar con quienes muestran compasión por las más terribles atrocidades cometidas contra los ciudadanos de Israel y el pueblo judío. Simplemente, no hay palabras".
    Cohen, el jefe de la diplomacia del premier, Benjamin Netanyahu, también advirtió que "Europa será la próxima en ser golpeada por Hamás" y que si no actúa "tendrá terroristas en la puerta".
    "La responsabilidad del 7 de octubre recae en Hamás, sólo en Hamás. No en Israel ni en civiles inocentes", comentó por la tarde el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby.
    Y las palabras de Guterres también indignaron a las familias de los 222 rehenes israelíes, que las calificaron de "escandalosas".

 

 

El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Eli Cohen (izquierda) y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres (derecha).

 
    El secretario general, instaron, "ignora vergonzosamente el hecho de que el sábado 7 de octubre se perpetró un genocidio contra el pueblo judío y ha encontrado una manera indirecta de justificar los horrores que se han cometido contra los judíos".
    El choque entre Naciones Unidas e Israel era en cierto sentido esperado, dado que los desacuerdos son obvios: empezando por la ayuda humanitaria a Gaza.
    Israel ha expresado repetidamente su temor de que estas lleguen a Hamás en lugar de a la población civil. Y se mostró inflexible sobre el suministro de combustible, que Guterres, en cambio, invocó como necesario para las actividades de asistencia de la UNRWA, la organización de la ONU para los refugiados palestinos.
    El jefe de la ONU se opuso entonces varias veces a los ataques aéreos tanto en el norte como en el sur de la Franja, mientras Israel seguía atacando Gaza, aumentando cada vez más la intensidad de los ataques "contra las estructuras militares de Hamás y sus líderes". Sólo la noche del lunes, según el ejército, más de 400 objetivos fueron alcanzados en el enclave palestino con la eliminación de decenas de hombres.
    Los subcomandantes de los batallones Nuseirat, Shati y Furqan murieron. El objetivo, según explicaron los jefes militares del estado judío, es reducir al mínimo la resistencia de Hamás con vistas a entrar en la Franja por tierra.
    El ejército presiona para que la invasión sea lo antes posible, repitiendo cada día que ya está "listo". Pero la decisión final, explicó el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, se tomará junto con el poder político. Es que, obviamente, es necesario medir los temores del aliado estadounidense ante una posible escalada del conflicto en todo Medio Oriente, especialmente con Irán.
    El Hezbolá libanés no deja de atacar el norte de Israel. Y nuevamente Halevi citó "consideraciones tácticas e incluso estratégicas" entre las causas que retrasaron la ofensiva terrestre.
    "Sin embargo, aprovechamos cada minuto -subrayó el jefe del Estado Mayor a los periodistas en el frente sur, justo frente a Gaza- para estar mejor preparados. Y seguimos atacando cada vez más al enemigo, matando terroristas, destruyendo infraestructuras y reuniendo más inteligencia".
    "Estamos ante el próximo paso, está por llegar", prometió a los soldados el primer ministro Benjamín Netanyahu, que recibió hoy en Tel Aviv al presidente francés, Emmanuel Macron, quien lanzó la propuesta de crear una coalición anti-Hamás sobre la base de la que luchó contra el Estado Islámico (ISIS).
    Para Israel, que hoy recibió una gran cantidad de cohetes desde Gaza, sigue existiendo el enigma de los rehenes, especialmente después de las últimas liberaciones por parte de Hamás. Hoy en la zona de Khan Yunes se hizo caer panfletos en los que el Estado judío pedía a la población local que ayudara en la búsqueda de los israelíes prisioneros en la Franja a cambio de "discreción, protección y recompensas en efectivo".
    El número de víctimas en Gaza, sin embargo, donde una población exhausta intenta desplazarse más al sur, asciende a 5.791 muertos, de los cuales 2.360 son menores y niños. Según el Ministerio de Salud local, 12 hospitales y 32 clínicas ya han tenido que cerrar sus puertas. (ANSA).