(ANSA) - TEL AVIV, 22 OTT - Las chispas de la guerra en Gaza
corren el riesgo de alimentar el peor incendio posible: un
conflicto directo entre Irán e Israel. Las amenazas cruzadas se
multiplican en vista de la inminente operación terrestre del
ejército israelí en Gaza, pero también del creciente
enfrentamiento en el norte de Israel con las milicias chiítas de
Hezbolá, aliado de hierro de Teherán.
Un choque que en realidad sobre el terreno -más allá de la
diplomacia de las palabras- es ahora un verdadero segundo
frente.
El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein
Amir-Abdollahian, advirtió que la región "es como un polvorín".
"Me gustaría advertir a Estados Unidos y al régimen títere
de Israel que si no ponen fin inmediatamente a los crímenes
contra la humanidad y al genocidio en Gaza, cualquier cosa es
posible en cualquier momento y la región se saldría de control",
aseguró.ï
Una advertencia a la que el primer ministro israelí,
Benjamin Netanyahu, sin nombrar al régimen del ayatolá,
respondió amenazando con "consecuencias destructivas para
Hezbolá y el Líbano" si la milicia decidiese desatar una guerra
total contra Israel.
"No sabemos si Hezbolá tiene intención de entrar en un
conflicto total - afirmó el primer ministro durante una
inspección de la frontera norte - si lo hicieran, sentirían
nostalgia por la guerra de 2006. Sería un error fatal". El
Ministro de Economía fue aún más explícito, Nir Barkat: "El plan
de Irán es atacar a Israel en todos los frentes. Si nos damos
cuenta de que quieren atacarnos, no sólo en todos nuestros
frentes, atacaremos a la cabeza de la serpiente: Irán".
En tanto, Israel siguió atacando en Siria, desde donde
también transitan suministros para Hezbolá: por segunda vez en
10 días, los aeródromos de Damasco y Alepo volvieron a ser
blanco.
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken,
advirtió de que Washington ve el riesgo de una escalada en la
guerra en curso en Medio Oriente a causa de Irán y sus aliados
en la región.
"Israel -resumió- no puede volver al statu quo, pero no
tiene intención de gobernar Gaza".
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, se hizo eco de esto.
"Si algún grupo o país - dijo - intenta ampliar este conflicto y
aprovecharlo, nuestro consejo es: no lo hagas. Tenemos derecho a
defendernos y no dudaremos en tomar las medidas adecuadas",
añadió tras el anuncio estadounidense de un refuerzo de su
presencia militar en Medio Oriente.
El hecho es que el norte no es el único frente en el que
Israel está comprometido.
Lo que genera más tensión es Cisjordania, donde Hamás tiene
numerosos bastiones y está suplantando a la Autoridad Nacional
Palestina de Mahmud Abbas (Abu Mazen).
Uno, como siempre, está en Jenin, al norte de los
Territorios.
La aviación israelí atacó la mezquita Al-Ansar de la ciudad
(2 muertos y heridos) bajo la cual -afirmó el portavoz militar
Daniel Hagari, aportando fotografías al respecto- se escondía en
un ambiente subterráneo "una célula terrorista de Hamás y de la
Yihad Islámica" lista para un ataque en Israel.
En Cisjordania, prueba de una situación al límite, las
muertes palestinas, incluida Jenin, fueron cinco en total.
En la Franja la situación humanitaria empeoró con el 45% de
las casas destruidas por los ataques israelíes, a pesar de que
17 camiones con ayuda humanitaria pasaron por el cruce de Rafah
-entre Gaza y Egipto- por segunda vez en dos días.
Pero Israel negó que a través de ellos haya pasado
combustible, que ahora es inalcanzable para la población,
excepto -afirmó en árabe el portavoz militar Avichay Adraee-
para Hamás, que reservó grandes cantidades.
"Podría ser útil para hospitales, plantas de higiene y
potabilización de agua", denunció. Para controlar la llegada de
la ayuda a Gaza -dijo el ejército - se creó "un triángulo
estratégico" entre los presidentes estadounidense y egipcio, Joe
Biden y Abdel Fatah al Sisi, y Netanyahu, que permite la
inspección de los camiones y su llegada a la Media Luna Roja.
En un incidente por el que Israel pidió disculpas, una
posición egipcia cerca del cruce de Kerem Shalom fue alcanzada
accidentalmente, causando heridas leves.
Israel continuó golpeando las posiciones de Hamás y a sus
líderes, aumentando la intensidad de los ataques: los muertos
ascendieron a 4.651 y 14.245 heridos. Sólo la noche del sábado
fueron más de 50.
Paralelamente, Israel - donde el número de desplazados del
sur y del norte va en aumento (se decidió la evacuación de otras
14 comunidades israelíes cercanas al Líbano) - está bajo
continuos ataques con cohetes desde Gaza: más de 7.400 lanzados
desde el comienzo del conflicto.
Mientras los rehenes en manos de Hamás, constatados por el
ejército, son ahora 212, la policía anunció que identificó los
cuerpos de 1.075 israelíes muertos por Hamás, pero aún hay otros
200 cuerpos desconocidos.
El ejército continúa registrando las zonas fronterizas en
busca de otros cadáveres y para ello cruza la frontera hacia
Gaza como ocurrió hoy en Kissufim, donde se produjo un nuevo
enfrentamiento con Hamás. El ministro de Defensa, Yoav Gallant,
reiteró: "Hará falta un mes, dos o tres, pero al final no habrá
Hamás". (ANSA).
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