Los rescatistas entre los escombros de San Porfirio

Iglesia intacta, golpe a edificio adyacente con evacuados

(ANSA) - GAZA, 20 OTT - En el casco antiguo de la ciudad de Gaza, equipos de rescatistas excavan incansablemente entre los escombros del edificio anexo a la iglesia ortodoxa griega de San Porfirio, pues, para llegar al lugar afectado por el ataque israelí hay que superar una carretera bloqueada por escombros.
    Luego se arriba ante lo que queda de un edificio de dos plantas, con sala de reuniones y oficinas, donde ayer se habían reunido unas 400 personas con la esperanza de haber encontrado un refugio seguro contra los incesantes ataques aéreos.
    Junto a las ruinas hay un profundo cráter, el que faltaba en el hospital de Al Ahli, presuntamente alcanzado por un cohete de la Jihad y no por combatientes israelíes.
    Desde los balcones de un condominio cercano, que permaneció intacto, los habitantes siguieron las operaciones de rescate.
    Un primer balance de Cáritas de Jerusalén estableció que hubo "al menos 17 muertos y decenas de heridos" en el bombardeo.
    Según los habitantes de la zona, se trata de 16 miembros de la pequeña comunidad cristiana de Gaza y un musulmán que se había refugiado entre ellos "Éramos 385 en el recinto de la iglesia -contó uno de los sobrevivientes-. Israel nos ordenó evacuar esta zona y dirigirnos al sur. Pero si estamos condenados a morir, preferimos que suceda aquí. Entonces, de repente, el techo se cayó nosotros en la cabeza".
    Era medianoche y las primeras operaciones de rescate se llevaron a cabo en total oscuridad.
    La zona del ataque fue acordonada por las fuerzas de seguridad, que esta mañana apartaron a los curiosos mientras una topadora intentaba retirar los escombros tras recibir información de que todavía había sobrevivientes bajo los escombros.
    Y efectivamente, después de muchos esfuerzos, un hombre fue extraído en vida.
    San Porfirio es un lugar importante, no sólo para la pequeña comunidad cristiana de Gaza, sino para la memoria de la ciudad misma.
    Se trata de un santuario construido en el año 400 d. C., luego ampliado por los cruzados y restaurado nuevamente en 1856.
    La iglesia en sí no ha sufrido ningún daño evidente, pero todo lo que la rodea está destruido.
    "Atacar a las iglesias y sus instituciones, junto con los refugios que proporcionan para proteger a ciudadanos inocentes, constituye un crimen de guerra que no puede ignorarse", tronó el Patriarcado Ortodoxo de Jerusalén.
    El ejército israelí respondió que había bombardeado la zona adyacente a la iglesia, lo que provocó "el derrumbe de un muro".
    El objetivo, según el portavoz del ejército, era una posición militar de Hamás desde donde se habían lanzado cohetes y morteros.
    "Hamás -acusó el portavoz- coloca deliberadamente sus posiciones en zonas densamente pobladas".
    Como el cercano barrio de Zaitun, donde hoy la vida late como siempre, con calles repletas de habitantes y un mercado de frutas y verduras aún en funcionamiento.
    Pero en otras zonas, la ciudad de Gaza parece un desierto.
    Por todas partes se ven signos de bombardeos y casas en ruinas.
    E incluso en la carretera costera, habitualmente muy concurrida, no había ni un alma.
    A partir de mañana, sin embargo, la atención se centrará en el sur, en el cruce de Rafah, donde finalmente deberían llegar las primeras ayudas internacionales.
    Agua, harina, medicinas, combustible: decenas de camiones organizados por la Cruz Roja Egipcia con la Cruz Roja Palestina.
    La esperanza de cientos de miles de desplazados es que la presión internacional -en particular del secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, que visitó hoy el lugar- haya conseguido en estas horas eliminar la tenaz oposición de Israel al tránsito de ayuda. (ANSA).