Biden habla a la nación, apoyo a Israel y Kiev

"Cuestión de seguridad nacional", avisa el presidente

El presidente estadounidense, Joe Biden, durante la conferencia de prensa conjunta con el premier israelí, Benjamin Netanyahu. (foto: ANSA)
El presidente estadounidense, Joe Biden, durante la conferencia de prensa conjunta con el premier israelí, Benjamin Netanyahu. (foto: ANSA)

(ANSA) - Por Claudio Salvalaggio - "Debemos apoyar tanto a Ucrania como a Israel" para "no socavar la estabilidad democrática en el mundo", para Estados Unidos también es "una cuestión de seguridad nacional" porque "el coste de la inacción y el abandono es mucho mayor": es el mensaje clave del discurso de Joe Biden a la nación en horario de máxima audiencia, después de la histórica visita relámpago a Israel, la primera de un presidente estadounidense en tiempos de guerra.
    Y en vísperas de la cumbre entre Estados Unidos y la UE en la Casa Blanca con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel: otra prueba de la alianza transatlántica en el contexto de los dos conflictos.
    El llamamiento al Congreso para salir del largo estancamiento de la nominación del presidente de la Cámara, debido a las divisiones republicanas, y aprobar de forma bipartidista su inminente solicitud de fondos de emergencia es inevitable para Biden: no sólo para Ucrania e Israel, sino también por Taiwán y por la protección de la frontera con México de las olas migratorias.
    Un pastel de 100 mil millones de dólares, de los cuales 60 sólo para Kiev, según la NBC, una suma cercana a la aportada desde el inicio de la invasión rusa y que permitiría así a Volodymyr Zelensky tener garantías de ayuda a largo plazo en la guerra contra Moscú.
    Se desconoce la cantidad que iría a parar a Israel, que ya recibe alrededor de 4.000 millones al año de Estados Unidos sobre la base de un memorando de diez años. El paquete -cuyos detalles se explicarán en breve- fue diseñado de tal manera que vinculará la ayuda a Ucrania, a la que muchos republicanos se oponen, a otras emergencias en las que casi todos están de acuerdo.
    Una vez resuelta la cuestión del presidente, tal vez con la ampliación de los poderes del presidente temporal Patrick McHenry después de que Jim Jordan renunciara a la tercera votación, la Cámara también podría iniciar negociaciones para evitar el cierre a mediados de noviembre.
    Es la segunda vez que Biden pronuncia un discurso en horario de máxima audiencia desde el Despacho Oval, después del de junio para anunciar el acuerdo bipartidista contra el default, entonces traicionado por los republicanos.
    Una oportunidad para reflexionar sobre los 600 días de guerra en Ucrania y los brutales ataques de Hamás contra Israel, explicando que Estados Unidos no puede eludir su deber para con sus aliados. Pero también su interés de seguridad nacional, en un contexto geopolítico en el que China, principal adversario de EE.UU., está reforzando su arsenal nuclear más rápido de lo previsto (500 ojivas, 100 más que el año pasado según el Pentágono), consolidando la alianza con Rusia y entrando con la pierna recta junto con Moscú también en el conflicto de Oriente Medio.
    El objetivo del presidente también es no alejar en apoyo a Kiev al Sur del Mundo, que simpatiza con la causa palestina y asimila mal la posición de Washington sobre el asedio israelí a Gaza.
    El comandante en jefe ya había anticipado durante su visita a Israel que pronto pediría al Congreso un paquete de apoyo "sin precedentes" para la defensa de Israel, incluidos suministros para el escudo antimisiles Cúpula de Hierro.
    Pero sin olvidar a Kiev porque "somos la nación más poderosa de la historia y podemos ocuparnos de ambas cosas". Queda por ver si los republicanos acogerán con agrado la inclusión de fondos para Ucrania con el reconocimiento bipartidista que recibió Biden por su respuesta contra Hamás.
    Mientras tanto, el presidente debe esperar que la ira del mundo árabe-musulmán no provoque víctimas estadounidenses, tras las protestas contra algunas embajadas y los ataques a dos bases estadounidenses, que llevaron al Departamento de Estado a lanzar un llamamiento a la "vigilancia" y "prudencia" a todos los conciudadanos del mundo.
    Biden también debe desactivar el frente de disidencia interna por su posición sobre Israel: la izquierda demócrata, la comunidad musulmana estadounidense, algunas organizaciones judías liberales (300 arrestos ayer por protestas en el Congreso) y también un director del Departamento de Estado, que renunció a su cargo. (ANSA).
   

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