Noya era una gran fanática de Harry Potter, Rowling la llora
(ANSA) - Por Massimo Lomonaco - Asesinadas el pasado 7 de octubre durante el ataque de Hamas en el refugio de su casa en el kibutz Nir Oz, en la frontera con Gaza, la abuela Carmela Dann, de 80 años, y su nieta Noya Dann, de 12 años, gran fanática de Harry Potter y que padecía autismo, fueron encontradas abrazadas.
La identificación de los dos cuerpos, que se produjo 13 días después de la masacre, provocó una fuerte ola de conmoción en Israel, pero también de profunda ira.
Hasta ahora se creía que estaban entre los 203 rehenes que el ejército cree que fueron tomados por Hamás y arrastrados hacia la Franja.
La idea de que ambas estuvieran en algún lugar y en cautiverio era una preocupación terrible en el drama nacional que se vive por los rehenes.
También porque Noya -y basta ver sus fotografías en la red para entender lo que siente Israel- se había convertido de algún modo en uno de los rostros más reconocidos entre los rehenes de Hamas gracias también a un post compartido por J.K. Rowling en la que la escritora inglesa, autora de Harry Potter, se había tomado en serio su caso.
En una foto se podía ver a la pequeña Noya sosteniendo en sus manos el libro del niño mago.
"Por razones obvias, esta foto me llamó la atención", escribió Rowling, y agregó que el secuestro de los niños "es despreciable y completamente injustificable".
Luego expresó la esperanza de que todos los rehenes sean liberados.
En los últimos días, la voz de Noya fue difundida varias veces por los medios israelíes después de que su madre, Galit, compartiera los últimos mensajes de voz que le había enviado su hija.
"Mamá -se la escucha- un gran golpe en la puerta me asustó.
Todos los cristales de las ventanas se rompieron porque hubo otro golpe... mamá, tengo miedo".
"El hecho de que sea autista - comentó Galit - no significa que no entienda. Lo entiende todo".
"Mi madre Carmela y Noya - dijo a la televisión la tía Hadas Calderón - nunca fueron separadas desde que ella era niña. Ni siquiera puedo llorar por ellas", añadió la mujer, casi incrédula ante la identificación definitiva de los cuerpos.
También porque dos de sus hijos, Sahar, de 16 años, y Erez, de 12, son rehenes de Hamás en Gaza junto con su padre Ofer.
Una tragedia dentro de una tragedia. La noche anterior al ataque, toda la familia numerosa, originaria del Kibbutz Kissufim, se había reunido para la cena de Shabat.
Sabiendo lo apegada que estaba Noya a Carmela, Galit había decidido entonces que, como regalo, su hija pasaría la noche con su abuela en la casa del cercano kibutz Nir O.
Cuando comenzó el ataque de Hamás, ambas familias, ya en los refugios, comenzaron a intercambiar mensajes y fotografías por WhatsApp con la esperanza de que todo terminara pronto.
Pero al mediodía del día siguiente se interrumpió toda comunicación.
"Estamos devastados al anunciar esto ayer - escribió el gobierno israelí en su perfil. Nuestros corazones están rotos".
(ANSA).