(ANSA) - FRONTERA ENTRE LIBANO E ISRAEL, 17 OTT - Un crujido
de hojas en la maleza mediterránea anticipa por un momento el
lanzamiento de un cohete antitanque teledirigido disparado por
el grupo libanés proiraní Hezbolá contra un tanque israelí,
detenido a unos cientos de metros de distancia, detrás de la
valla que en este tramo Medio Oriente en llamas divide al Líbano
de Israel.
Los cascos azules de la misión de la ONU (Unifil) observan
desde una torre que domina las colinas de la Alta Galilea los
cuidadosos movimientos de los combatientes yihadistas chiítas,
dueños de un territorio cuya población se solidariza casi
exclusivamente con la causa de la resistencia islámica apoyada
por Irán y aliada de Hamás.
Se trata del sector central de la Línea Azul de demarcación
entre Líbano e Israel, y en el undécimo día de la ofensiva de
Hamás, Hezbolá parece decidido a intensificar sus acciones
hostiles contra el enemigo.
El cohete impactó de lleno en el tanque cerca de la ciudad
fronteriza israelí de Metulla, provocando una espesa columna de
humo negro.
Poco después, la artillería israelí respondió al fuego
bombardeando la zona de Kfar Kila, cerca de una base de Unifil,
donde las fuerzas de paz están ahora refugiadas en búnkeres.
En vísperas de la esperada visita del presidente
estadounidense Joe Biden a Israel, la jornada a lo largo de la
Línea Azul continúa con intercambios de disparos intermitentes
entre Hezbolá e Israel a lo largo de toda la zona fronteriza.
Y, por la tarde, hubo nueve muertos del lado libanés (cuatro
civiles, cinco de Hezbolá) y tres soldados heridos del lado
israelí.
En la base militar de la ONU en Naqura, a dos pasos de la
Línea Azul, el portavoz de Unifil, Andrea Tenenti, subrayó, en
declaraciones a ANSA, la importancia del papel de mediador del
contingente internacional, que incluye a un millar de soldados y
hombres italianos.
"El papel de la misión, en este momento de grandes
tensiones y enfrentamientos entre Líbano e Israel, es
fundamental para mediar entre las partes, para mantener abierto
el diálogo entre dos países que están en guerra desde su
nacimiento y que no tienen ningún tipo de relación directa",
afirmó Tenenti.
"Como Unifil conseguimos transmitir mensajes entre las
partes y garantizar que se reduzca la tensión", explicó el
vocero.
"Es un esfuerzo que se hace cada día y cada hora para que
las tensiones puedan disminuir en este momento de gran
dificultad".
Mientras tanto, a lo largo de la Línea Azul, numerosos
hogares civiles fueron abandonados por sus habitantes.
Algunos se dirigieron a la capital, Beirut, otros se
trasladaron unos kilómetros más al norte, al interior del sur
del Líbano, donde la vida todavía parece transcurrir con
normalidad.
Hasta el momento no se registró ningún éxodo masivo de
civiles desde el sur, y en las ciudades meridionales de Tiro y
Sidón el tránsito congestionado y la actividad frenética de los
comercios dan la imagen de un país que no parece querer pensar
en una posible nueva guerra con el eterno enemigo. (ANSA).
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. © COPYRIGHT ANSA