Combates Israel y Hezbolá, riesgo escalada con Irán

Teherán advierte: "Situación incontrolable si invaden Gaza"

(ANSA) - TEL AVIV, 16 OTT - La anunciada invasión israelí de Gaza, con tropas desplegadas en la frontera y tanques ya en posición, corre el riesgo de abrir la caja de Pandora en Medio Oriente, con una escalada del conflicto en toda la región con resultados impredecibles.
    Los enfrentamientos se intensificaron hoy con Hezbolá en el Líbano, aliado de Irán. Y una advertencia clara llegó desde Teherán: "Nadie puede garantizar el control de la situación" si Israel invade la Franja, fue la advertencia del ministro iraní de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, tras una reunión en Doha con el líder de Hamás, Ismail Haniyeh.
    Un panorama general que empujó al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a regresar nuevamente a Israel después de una gira por la región. Y la Casa Blanca admitió abiertamente -por boca del Asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan- que "no puede descartar la posibilidad de que Irán decida participar directamente de alguna manera".
    Las señales de un lento deslizamiento hacia el abismo que de palabra todos, o casi todos, parecen querer excluir, por otro lado, son evidentes.
    El intercambio de golpes entre el Estado judío y Hezbolá va subiendo de tono y agudizándose en lo que sería más correcto definir como un verdadero inicio de conflicto.
    A lo largo del día, se produjeron sucesivos lanzamientos de cohetes y misiles antitanques (nueve, según Israel) por parte de milicianos chiítas, que mataron a un soldado israelí e hirieron a otros cuatro. Mientras que el ejército -que respondió a los ataques con incursiones y artillería- se vio obligado a prohibir la entrada de todos los civiles hasta 4 kilómetros de la frontera con el Líbano.
    Al mismo tiempo, se ordenó a los residentes de las zonas fronterizas en un radio de 4 kilómetros que permanecieran cerca de los refugios. Entre otras cosas, un cohete de Hezbolá alcanzó - aunque debido a un error de trayectoria- el cuartel general del contingente de Unifil en el sur del Líbano, sin causar víctimas ni heridos.
    Le correspondió a Yoav Gallant, ministro de Defensa israelí, reiterar que Israel no está "interesado" en abrir un segundo frente en el norte.
    "No queremos que la situación empeore", explicó, pero si Hezbolá "elige el camino de la guerra, pagará un alto precio".
    Lo que es seguro es que entre Tel Aviv y Jerusalén nadie se hace ilusiones: una fuente oficial, Joshua Zarka, jefe de Asuntos Estratégicos del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, está convencido de que Teherán está presionando para acelerar las tensiones, desplegando también armas en Siria.
    Frente a las fuerzas israelíes no está, por tanto, sólo Hamás (que también está presente en Líbano), sino un escenario mucho más complejo.
    El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, -que hoy aseguró a los familiares de los rehenes en Gaza (155 familias fueron contactadas) que su salvación es uno de los objetivos prioritarios de la guerra- hoy, sin embargo, volvió a poner en la mira a la facción de Gaza: "Pensaban que nos romperían, pero nosotros los romperemos a ustedes".
    La aviación está golpeando sin descanso el enclave palestino. "Estamos preparando el terreno para maniobras terrestres lo más eficaces posible", advirtió el comandante de la Fuerza Aérea, general Tomer Bar.
    En Gaza, según la ONU, hay ahora alrededor de un millón de desplazados y el portavoz militar israelí, Daniel Hagari, hizo saber que alrededor de 600.000 abandonaron el norte de la Franja para desplazarse hacia el sur, según la orden dada por el propio ejército. Y negó rotundamente que se disparara contra los convoyes de civiles que huían: "Es una mentira de Hamás", denunció Hagari.
    Mientras tanto, el número de muertos -mientras que hoy también llovieron cohetes desde la Franja, incluso sobre Tel Aviv- aumenta cada día más. En Gaza - según el Ministerio de Salud local - hay 2.670 personas y 9.600 heridos.
    Según los servicios de emergencia de la Franja, también hay 1.000 personas desaparecidas entre los escombros de los edificios destruidos por las incursiones israelíes, y los vehículos de rescate ya no tienen gasolina para desplazarse.
    Israel, también bajo presión internacional, decidió reabrir el suministro de agua al enclave palestino en el sur, mientras que el secretario de Estado, Antony Blinken, anunció mañana lunes la apertura del paso fronterizo de Rafah entre Gaza y Egipto para permitir que la ayuda humanitaria llegue a la Franja, ya que El Cairo pidió desbloquear la salida de unos 500 estadounidenses.
    En Israel las víctimas ascienden a más de 1.400 (289 soldados muertos), mientras que los heridos superan los 3.000.
    Los israelíes que abandonaron el sur (especialmente Sderot) y el norte del país son, según los medios, unos 60.000. (ANSA).