(ANSA) - WASHINGTON, 15 OTT - Por Claudio Salvalaggio
Estados Unidos está mostrando sus músculos al fortalecer su
presencia militar en el Mediterráneo oriental como una
"disuasión contra el conflicto cada vez mayor" entre Israel y
Hamás.
Pero al mismo tiempo prosiguen la vía diplomática con el
secretario de Estado, Antony Blinken, que regresará a Israel el
lunes para quizás cerrar el círculo de su gira por Oriente Medio
tras la escala en Egipto, donde parece haber desbloqueado el
corredor de salida de la Franja para unos 500 estadounidenses
con doble pasaporte.
La Casa Blanca no oculta su temor a un incendio en la región
tras la advertencia de Irán de su inevitable intervención si
Israel continúa la operación en Gaza y del movimiento de los
Pasdaran hacia la frontera entre Líbano e Israel, donde ya hay
enfrentamientos con Hezbolá, las milicias apoyadas por Teherán.
"Existe el riesgo de una escalada de este conflicto, de la
apertura de un segundo frente en el norte y, por supuesto, de la
implicación directa de Irán de una forma u otra", admitió el
asesor de seguridad nacional estadounidense, Jake Sullivan, en
una entrevista con CBS.
"Es un riesgo del que éramos conscientes desde el principio,
por eso el presidente actuó con tanta rapidez y decisión para
trasladar otro portaaviones al Mediterráneo oriental, para tener
aviones en el Golfo: quiere enviar un mensaje muy claro a
cualquier Estado o entidad que pueda buscar aprovechar esta
situación", agregó.
Fue el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, quien anunció el
sábado el envío de otro portaaviones estadounidense "para
disuadir cualquier acción hostil contra Israel o cualquier
intento de ampliar esta guerra".
Se trata del USS Eisenhower, junto al crucero de misiles
guiados Philippine Sea, los destructores de misiles guiados
Gravel y Mason y nueve escuadrones de aviones.
Llegará al primer portaaviones, el USS Gerald R. Ford,
desplegado en la región tras los ataques de Hamás junto con el
crucero de misiles guiados Normandía de clase Ticonderoga, los
destructores de misiles guiados de clase Arleigh-Burke Thomas
Hudner, Ramage, Carney y Roosevelt. , así como ocho escuadrones
de aviones. Estados Unidos también ha trasladado a la región
aviones de combate F-15, F-16 y A-10, este último avión de apoyo
a los ataques terrestres.
Recién salido de reuniones con el príncipe heredero saudí
Mohammed bin Salman y el presidente egipcio, Abdelfatah al-Sisi,
a quien pidió que ejerciera presión sobre Hamás, Blinken ha
logrado algunos resultados diplomáticos, empezando por las
garantías de los seis países árabes aliados de Estados Unidos:
"Todos los países a los que he ido no quieren que este conflicto
se extienda", afirmó.
El jefe de la diplomacia también se dijo convencido de que
el paso fronterizo de Rafah entre Gaza y Egipto "estará abierto"
a la ayuda humanitaria hacia la Franja, ya que Egipto solicitó
desbloquear la salida de ciudadanos estadounidenses y otros
extranjeros.
Blinken también anunció el nombramiento por parte de Joe
Biden del exdiplomático David Satterfield como enviado
estadounidense para liderar los esfuerzos humanitarios de
Estados Unidos en el conflicto. Pero tiene que lidiar con
fuertes críticas de Egipto y China a la reacción de Israel, que
según ambos países fue "más allá de la autodefensa" y resultó en
un "castigo colectivo".
Pekín ha salido abiertamente del lado de los palestinos. De
este modo, tomó por sorpresa a Estados Unidos, que esperaba un
papel mediador de China y que ahora se encuentra como un
interlocutor principal del mundo árabe: Washington probablemente
ya no será el único intermediario en el conflicto
palestino-israelí. (ANSA).
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