Evitar que el conflicto se extienda, proteger a los civiles de ambos lados y salvas a los rehenes. Pero también mantener vivas las negociaciones de paz con Israel que Riad suspendió tras la dura respuesta militar en Gaza a los brutales ataques de Hamás.
La misión del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en Medio Oriente, quizás la más larga y exigente de su mandato, se detuvo en Riad con un objetivo más amplio, aunque no declarado: salvar el plan de una "pax americana" en la región, basado en la ampliación de los Acuerdos de Abraham entre Israel y los países árabes manteniendo al mismo tiempo la solución de dos Estados, que ahora parece cada vez más lejana.
Un mosaico que corre el riesgo de romperse también debido a los repetidos llamamientos a la yihad global, primero por parte de Hamás y ahora por Al Qaeda, que en sus canales de Telegram ha pedido a los musulmanes que se movilicen en todo el mundo para atacar objetivos israelíes y estadounidenses, como afirman los servicios de inteligencia estadounidenses en informes enviados a los aliados.
Los objetivos sugeridos son ciudadanos judíos, así como bases militares, embajadas y aeropuertos estadounidenses en países musulmanes, desde los Emiratos Árabes Unidos hasta Marruecos, desde Arabia Saudita hasta Bahrein, pero también otros países que ofrecen apoyo a Israel. También se le insta a apoyar a los palestinos con hombres, armas, dinero y suministros y a unirse a los milicianos que luchan en Gaza.
Antes de los horrores de Hamás, Riad había sugerido que no permitiría que el pacto de defensa con los Estados Unidos -previsto como parte de las conversaciones de paz con Israel- se descarrilara, incluso si Israel no ofrecía concesiones significativas a los palestinos en su intento de convertirse en un estado.
Pero, ahora, dejar de lado a los palestinos correría el riesgo de desatar la ira árabe en la región. Por esta razón las conversaciones han sido suspendidas, con la advertencia de que, si se reanudan, las concesiones israelíes tendrán que ser una mayor prioridad. Pero Riad, principal aliado de Estados Unidos en Medio Oriente junto a Israel, sigue colaborando para evitar una escalada del conflicto, manteniendo un diálogo incluso con el enemigo iraní. Y compartiendo la línea estadounidense de proteger a todos los civiles.
Incluso con corredores humanitarios, incluido el acordado entre Washington y El Cairo para permitir la salida de Gaza de los ciudadanos estadounidenses, que sin embargo afirmaron encontrarse bloqueados en la frontera con Egipto. Un compromiso, el humanitario, reiterado por Joe Biden, junto con el "respeto de las leyes de la guerra" en vísperas del ataque terrestre del ejército israelí a Gaza.
Pero Blinken, que ya ha aterrizado en los Emiratos Arabes Unidos para la quinta etapa de su gira por Medio Oriente, también está tejiendo su red para implicar a China, evitando una nueva conexión entre Pekín y Moscú.
"Blinken cree que es de interés mutuo evitar que el conflicto se extienda y que sería útil que China pudiera utilizar su influencia", afirmó su portavoz tras la "productiva" llamada telefónica de una hora con el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi.
"Estados Unidos debería básicamente desempeñar un papel constructivo y responsable, volviendo a encaminar la cuestión hacia una solución política lo antes posible", dijo Wang en la sesión informativa diplomática de Pekín.
"Las soluciones militares no son la respuesta, y replicar a la violencia con más violencia sólo conducirá a un círculo vicioso. La máxima prioridad es cesar el fuego y reducir la escalada lo antes posible para evitar que empeore la crisis humanitaria", continuó Wang, por para quien la "solución fundamental" a la cuestión palestina reside en la aplicación de la solución de "dos Estados".
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