Clamor contra Israel en el mundo árabe. Una protesta enfática en Yemen (foto: ANSA)
(ANSA) - ROMA, 13 OTT - Israel bombardeó el sur del Líbano
con artillería, en respuesta a una supuesta "infiltración
terrorista", negada posteriormente por el ejército israelí. Poco
después, Hezbolá afirmó haber atacado objetivos israelíes en
cuatro lugares.
Un grupo de periodistas se vio atrapado en el fuego
cruzado y en ese infierno, Issam Abdallah, un fotoperiodista
libanés que trabajaba para Reuters, perdió la vida, mientras que
otros cinco periodistas -dos de los cuales trabajaban para Al
Jazeera, uno para AFP y otros dos para Reuters- resultaron
heridos, uno de ellos de gravedad.
Se encontraban cerca de Alma Shaab, una localidad en el
sector central de la Línea Azul de demarcación entre los dos
países y fueron alcanzados "por el fuego de un tanque israelí",
contó Al Jazeera mientras circula en las redes sociales un
impactante vídeo de esos momentos captados por la televisión
libanesa y panárabe. Se puede ver el cuerpo flagelado y
semi-carbonizado de Abdallah y, a pocos metros, su colega Carmen
Joukhadar gritando, tirada en el suelo: "Ya no puedo ver mis
piernas! Ya no puedo ver mis piernas!".
La situación a ambos lados de la Línea Azul que separa al
Líbano de Israel es cada vez más acalorada. El ejército israelí
aclaró que en realidad no había habido infiltración, pero añadió
que "se han identificado disparos contra una serie de posiciones
militares en la frontera libanesa. Los soldados de las FDI
respondieron con fuego de tanques hacia la infraestructura
terrorista de Hezbollah".
Por su parte, Hezbolá afirmó que "en respuesta a los
ataques israelíes", sus muyahidines atacaron cuatro sitios
israelíes "con armas directas y apropiadas, y causaron
víctimas".
Apenas unas horas antes, Hezbolá señaló que estaba
"plenamente preparada" para intervenir para ayudar a los
palestinos y que lo haría según sus "planes y a su debido
tiempo". Así lo afirmó solemnemente el número dos del poderoso
Partido de Dios proiraní, Sheikh Naim Qassm, en lo que parece
más que una promesa suena a amenaza, frente a la multitud que
manifestaba su apoyo al pueblo palestino en los suburbios del
sur de Beirut. .
La proclamación de Qassem sigue significativamente a la
reunión que tuvo lugar ayer entre el líder de Hezbolá, Sayyid
Hassan Nasrallah, y el ministro de Asuntos Exteriores de
Teherán, Hossein Amir-Abdollahian. Tras el encuentro cara a
cara, el medio de comunicación de Hezbolá, al Manar, informó que
"se llevó a cabo una consulta sobre las responsabilidades de
cada uno y las posiciones a adoptar en relación a estos
acontecimientos históricos".
Y mientras cada vez más personas se preguntan si Hezbolá
también irá a la guerra -su aparato militar es mucho más
poderoso que el de Hamás- el ministro iraní Amir-Abdollahian,
después de reunirse con el premier libanés Najib Mikati, afirmó
que "la seguridad y la paz del Líbano son importantes para
nosotros". Sin embargo, no descartó que Líbano también pueda
verse arrastrado al conflicto: "Si los crímenes de guerra
sistémicos del régimen sionista no cesan inmediatamente, todas
las posibilidades son concebibles", afirmó.
Incluso en los últimos días en el sur del Líbano entre
Hezbolá e Israel se han producido varios intercambios de cohetes
y disparos de mortero, con la muerte de tres guerrilleros y tres
soldados israelíes. Los habitantes de la zona se preparan ahora
para una brutal arremetida, abandonando sus hogares para
dirigirse más al norte.
En Nabatiye, uno de los pueblos cercanos a la Línea Azul,
también hubo una manifestación con cientos de personas coreando
a viva voz consignas como "Muerte a Israel". (ANSA).
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