Gobierno israelí de emergencia, Gaza a oscuras

"Listos para ataque terrestre, el conflicto será duro y largo"

Gobierno israelí de emergencia, Gaza a oscuras (foto: ANSA)
Gobierno israelí de emergencia, Gaza a oscuras (foto: ANSA)

(ANSA) - TEL AVIV, Por Massimo Lomonaco - Israel pone en marcha un gobierno de emergencia nacional y continúa la guerra más unido que nunca.
    Una elección obligada teniendo en cuenta también aquello que está sucendiendo en la frontera con el Líbano, donde la situación se encamina siempre hacia un conflicto abierto con Hezbolá.
    El objetivo, al menos por ahora, sigue siendo Hamás en Gaza, donde no cesan los ataques desde el cielo contra las estructuras estratégicas de la facción palestina, sino también contra sus dirigentes.
    Hoy la familia de Mohammed Deif, el líder militar en la Franja, murió en un ataque, pero bajo las bombas también están los civiles.
    Gaza, en tanto, quedó totalmente a oscuras visto que, después del recorte del suministro de energía por parte de Israel, la única central eléctrica en funcionamiento se quedó sin combustible y cerró.
    Los ataques aéreos "a una escala sin precedentes" golpean la Franja y la estrategia parece esta vez encaminada a preparar el terreno para la entrada por tierra -los militares dicen estar "listos" para hacerlo- que debería producirse, según los analistas, desde el norte y desde el sur.
    Los objetivos hasta ahora golpeados fueron más de 2.600.
    Mientras, desde Gaza aumentó el lanzamiento de cohetes: según estimaciones del ejército israelí, fueron empleados más de 5.000.
    Los misiles cayeron no sólo en las comunidades alrededor de la Franja, sino también en Ashkelon (donde un hospital fue alcanzado) y en toda la zona central de Israel, incluida Tel Aviv, donde se encuentra el aeropuerto internacional Ben Gurion.
    Los muertos en Israel superan los 1.200 (189 soldados) y 2.700 heridos. En Gaza, las víctimas han llegado a 1.055 (incluidos 11 miembros del personal de Naciones Unidas y 30 estudiantes de las escuelas de la agencia ONU de apoyo a los refugiados palestinos, UNRWA), más de 5.000 están heridos y multitudes de palestinos presionan en el cruce de Rafah mientras Egipto permanece cerrado.
    En este sentido, la tregua se está convirtiendo en una necesidad. De hecho, El Cairo discutió planes con Estados Unidos y otros países "para proporcionar ayuda humanitaria a través de la frontera con la Franja con un alto el fuego limitado", según reveló la prensa.
    Mientras que el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, afirmó que Estados Unidos estaba "trabajando activamente para crear un corredor" que permita escapar a los civiles.
    Por ahora, Israel evitó hacer algún tipo de comentario al respecto. Sobre todos pesa el destino de los aproximadamente 150 rehenes (17 son también ciudadanos de Estados Unidos y hay tercer italo-israelí del que no hay noticias) asaltados por Hamás en los kibutz fronterizos y conducidos a Gaza.
    El ejército dijo que había contactado a las familias de 60 prisioneros, una parte de ellos detenidos en el enclave palestino.
    Mientras que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, hizo saber que están en curso negociaciones con Hamás para obtener su liberación. Pero cualquier posibilidad de tregua -subrayaron comentaristas en Israel- se ve también lastrada por las imágenes de las atrocidades cometidas por los milicianos en los kibutz de Beeri o Kfar Aza, que conmocionaron y enfurecieron a la opinión pública.
    El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, lo sabe muy bien y por eso eligió el camino de un gobierno de emergencia nacional: tras el clamoroso agujero de su inteligencia, ahora ninguna decisión podría ser tomada sin el apoyo de la mayoría y de la oposición.
    No es casualidad que en la pequeña célula de mando que conducirá al país "en una guerra larga y dura" -para usar las palabras del ministerio de Asuntos Exteriores- esté el propio Netanyahu, Benny Gantz (uno de los líderes de la oposición), el ministro de Defensa, Yoav Gallant, el exjefe de gabinete Gadi Eisenkot (también exopositor) y el titular de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer.
    Muchos esperan que el otro líder de la oposición, Yair Lapid, también se una al nuevo gobierno lo antes posible al nuevo gobierno.
    Una de las piedras angulares del acuerdo es que hasta el fin de la guerra no se hablará más de reforma judicial, el tema que por ocho meses dividió en dos a Israel.
    Incluso el superhalcón de la extrema derecha, Itamar Ben Gvir, inclinó la cabeza, pero como ministro de Seguridad nacional invitó a todos los israelíes a armarse por temor de una nueva "revuelta árabe" en las ciudades mixtas del Estado judío.
    Por otra parte, lo que le ayudó fue el llamamiento a las masas árabes de Jordania, Egipto, Líbano y Siria, lanzado por el ex jefe de Hamás, Khaled Meshal, para que "salgan a las calles" el próximo viernes, primer día de oración para los islámicos desde el ataque de Hamás el pasado sábado. (ANSA).