Biden oye a aliados, un nuevo frente para EEUU

Habla con Macron-Scholz-Meloni-Sunak: "Contener la guerra"

Muestras de solidaridad con Israel tras el ataque terrorista en varias capitales del mundo.  (foto: ANSA)
Muestras de solidaridad con Israel tras el ataque terrorista en varias capitales del mundo. (foto: ANSA)
(ANSA) - WASHINGTON, 09 OTT - Joe Biden escucha a los aliados europeos y toma la iniciativa también en este segundo frente de guerra a las puertas de Europa, abierto por los ataques de Hamas en Israel.
    La cumbre por vídeoconexión, que se lleva a cabo desde el domingo, es una reunión de cinco personas: el francés Emmanuel Macron, el alemán Olaf Scholz, el británico Rishi Sunak y la italiana Giorgia Meloni.
    Así lo anunciaron durante sus conversaciones bilaterales en Hamburgo el presidente francés y el canciller alemán, que se adelantaron a la línea de todos: "Francia y Alemania están firmemente al lado de Israel", aseguró Scholz, advirtiendo que "no debemos permitir que el conflicto se convierta en una conflagración en la región" y que alguno "alimente aún más el terror en esta situación".
    "El terror no vencerá, el odio no triunfará", repitió Macron, añadiendo que París está con Israel "en este momento trágico" y que "la lucha contra el terrorismo es una causa común".
    Luego vino la Casa Blanca, explicando que Biden ordenó a su equipo para la seguridad nacional de coordinar con los socios regionales para poner en guardia a cualquiera que intente aprovecharse de la situación.
    Mientras tanto, Meloni intervino llamando al primer ministro libanés, Najib Mikati, y reafirmando "la voluntad de Italia de continuar en esta delicada situación, contribuyendo a la seguridad y a la estabilidad del Líbano", donde Roma encabezó cuatro veces la misión de paz de la ONU (Unfil).
    Biden vio llegar con un año de anticipación el octubre sorpresivo, el evento sorpresa que podría cambiar el resultado de las elecciones estadounidenses del mes siguiente.
    Ya afrontando las primeras fisuras (internas y externas) en el apoyo a Kiev, el comandante en jefe quedó completamente desplazado por el ataque de Hamas a Israel y la consiguiente apertura de un segundo frente de guerra que corre el riesgo de eclipsar al primero.
    Con el agravante en este caso de al menos nueve muertes y un número aún desconocido de rehenes estadounidenses (como en la crisis con Irán a finales de los años 1980, que le costó la presidencia a Jimmy Carter), las preguntas abiertas sobre el fracaso de la inteligencia estadounidense (junto a aquella de su aliado israelí) y el espectro de un eventual despliegue de tropas, evitado hasta ahora en Ucrania tras la caótica retirada de Afganistán.
    Además del congelamiento de ese inminente acuerdo de paz histórico entre Israel y Arabia Saudita que se suponía sería el mayor éxito diplomático de Biden antes de la votación y que probablemente más de uno quiera sabotear, desde Rusia hasta Irán, como insinuó el Secretario de Estado Antony Blinken.
    Sobre el frente interno, además, el inquilino de la Casa Blanca tiene que tratar tanto con un puñado de demócratas liberales, dispuestos a condenar a Hamas, pero no las manifestaciones pro palestinas, como con los republicanos, que lo acusan de haber liberado a cinco rehenes estadounidenses desbloqueando 6.000 millones de dólares que Irán habría utilizado para apoyar los ataques de Hamas.
    Por ello, Biden se ve obligado a mostrar su apoyo total e incondicional al primer ministro Benjamín Netanyahu, tras criticarlo por su controvertida reforma de la justicia. Y mostrar su fuerza enviando material bélico a Israel, así como desplegando seis buques de guerra frente a las costas del país aliado y reforzando los escuadrones de aviones estacionados en la zona.
    Se trata de una medida disuasoria ante la escalada del conflicto, pero el acercamiento de las fuerzas estadounidenses también servirá para acelerar la respuesta en el caso de que Washington decida atacar objetivos en la región o lanzar operaciones, incluidas aquellas para rescatar a rehenes estadounidenses. El temor en la Casa Blanca es el de una ampliación del conflicto que podría implicar directamente a Estados Unidos, desde Cisjordania, hasta los nuevos frentes contra Israel que las milicias pro iraníes amenazan con abrir en Siria y el Líbano. Por tanto, el objetivo principal es "contenerlo en Gaza, por terrible que sea la situación", explicó una fuente de la administración estadounidense.
    Aquí entran las advertencias de Biden contra los enemigos de Israel, empezando por Irán, de que no aprovechen estos ataques para obtener ventaja.
    Y la ronda de llamadas telefónicas de su equipo de seguridad nacional para mantener alineados a socios y aliados en la defensa de Israel, desde Europa hasta Medio Oriente. Pero hasta ahora la acción diplomática no produjo una condena total de Hamas por parte de los Estados árabes contactados.
    Después de que Antony Blinken hablara con Faisal bin Farhan bin Abdullah el sábado por la noche, la declaración del ministro de Asuntos Exteriores saudita no llegó a crucificar a Hamas y simplemente dijo que Riad está en contra de los ataques contra civiles. (ANSA).
   

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