Teherán se regocija. Analistas: "Quieren frenar la paz con Riad"
(ANSA) - BEIRUT, por Lorenzo Trombetta - La sombra de Irán, decidido a hacer estallar el acuerdo de normalización entre Israel y Arabia Saudita, se extiende por el Mediterráneo oriental con la nueva ronda feroz y sangrienta de la guerra interminable entre Israel y las fuerzas palestinas proiraníes.
El Hezbolá libanés permanece al margen, pero dice que está listo para entrar en la guerra desde el frente norte de Israel.
Como parecían haber hecho por la tarde, cuando los medios de prensa israelíes informaron de un intento de entrada, detenido por soldados israelíes e inmediatamente negado por fuentes del Partido de Dios.
Varios analistas de Oriente Medio coinciden en ver a la República Islámica como el principal inspirador de la ofensiva masiva y sin precedentes lanzada por Hamas y la Yihad Islámica a partir de la Franja de Gaza. "Felicitamos a los combatientes palestinos", dijo Rahim Safavi, asesor del líder supremo iraní Ali Jamenei.
La acción militar lanzada por Hamas fue denominada 'Inundación de al-Aqsa', o Jerusalén, en referencia al tercer lugar sagrado del Islam después de La Meca y Medina. Hamás, la Yihad Islámica y su patrocinador iraní se centran en los pilares de la retórica antiisraelí: la apelación a los valores del Islam y la defensa de Jerusalén. Un llamamiento al que se han sumado, hasta ahora sólo de palabra, los yihadistas chiítas libaneses, que han afirmado que siguen "de cerca y con gran interés los acontecimientos en suelo palestino". "Nuestra dirección está en contacto directo con la dirección de la resistencia palestina de dentro y fuera (de Palestina)", sostienen.
Hace sólo unos días, el líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, dijo en un discurso público que el movimiento proiraní está listo para lanzar una gran ofensiva contra Israel.
La fecha elegida para lanzar el ataque recuerda escenarios de cerco de Israel por parte de sus enemigos regionales, unidos desde hace años en el llamado "Eje de Resistencia" liderado por Irán: el 7 de octubre es el día después del 50 aniversario de la Octubre de 1973 Guerra entre Israel, Siria y Egipto, y es el 23 aniversario de la primera operación llevada a cabo por Hezbolá contra Israel tras la retirada israelí del sur del Líbano en 2000.
En los últimos meses, Hezbolá ha reforzado su presencia a lo largo del frente transnacional, que va desde la costa mediterránea libanesa hasta la frontera jordana a orillas del río Yarmuk pasando por la Alta Galilea y los Altos del Golán.
Hace sólo un año, Hezbolá firmó, a través de Estados Unidos y el gobierno libanés, un acuerdo histórico con Israel para la división de los recursos energéticos frente a las costas libanesa e israelí, definiendo -por primera vez después de décadas de beligerancia- la frontera marítima entre los dos países.
Un paso que había ido en dirección a un proceso de normalización regional entre varios actores rivales en la región: Irán y Arabia Saudita reanudaron relaciones diplomáticas en marzo bajo presión de China, acelerando el proceso de negociación política en Yemen, donde sauditas e iraníes hicieron la guerra durante ocho años confiando en sus respectivos "clientes" locales.
Tras los acuerdos de paz de hace tres años entre Israel, Emiratos Arabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán, el ansiado punto de inflexión debería haber llegado en los próximos meses, al menos antes de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre de 2024: la normalización diplomática entre Arabia Saudita e Israel.
Por este motivo, la reacción de Riad a la ofensiva de Hamas estuvo dictada por la necesidad de no molestar al futuro aliado israelí sin renunciar a la retórica propalestina cada vez más vacía: el reino del Golfo se limitó a pedir a las partes "un cese inmediato de la escalada".
A esto Hezbolá respondió: "La acción de hoy demuestra al mundo que la causa palestina no está muerta y envía un mensaje a cualquiera que busque normalizar las relaciones con el enemigo".
(ANSA).