(ANSA) - FORLI - El presidente de Italia, Sergio Mattarella, participó este lunes en la ceremonia de inicio oficial del año escolar en todo el país en Forlí, una de las ciudades más afectadas por inundaciones provocadas por las lluvias que azotaron la región de Emilia-Romaña en mayo.
"La reapertura de la escuela siempre ha sido una oportunidad, un fuerte motivo de compromiso común, un motivo de esperanza", declaró Mattarella. "La escuela marca el año no solo de los jóvenes, pero también familias, comunidades, ciudades y pueblos", agregó.
Según el presidente, la escuela "es el camino hacia nuestro futuro" y el año lectivo abre "regularmente en estas tierras, a pesar de los daños sufrido en las estructuras", un "signo fuerte y concreto de tenacidad y resistencia".
Para Mattarella, la reanudación de clases en la ciudad de Forlí "representa un mensaje de inalterable cercanía al pueblo de Emilia-Romaña", sobre todo después de que, tras la inundación, muchos voluntarios de toda Italia, con palas, escobas y baldes, quitaron el barro y demostraron una "cultura de la solidaridad".
"Hemos decidido, para este comienzo, reunirnos aquí, en el corazón de Romaña, afectada el pasado mes de mayo por una devastadora inundación, que causó víctimas, destruyó viviendas y negocios, inundó campos cultivo, perturbando la vida de muchas personas", recordó.
Además, Mattarella aludió a los estudiantes inmigrantes. "Es necesario considerar cuidadosamente que a nuestras clases asisten aproximadamente 800 mil estudiantes inmigrantes, hijos de inmigrantes extranjeros. Una décima parte de los matriculados en nuestros institutos".
"Este es un esfuerzo educativo imponente. Los estudiantes inmigrantes aprenden nuestra cultura y nuestros valores y pueden constituir un gran potencial para el país. De su inclusión positiva puede depender una parte importante del futuro de Italia".
El presidente de Italia también reforzó que "la peculiaridad de condición de los migrantes, combinada con las condiciones de pobreza de muchas de sus familias, garantiza que estas niñas y niños sean expuestos -más que otros- a retrasos o abandono de la escuela".
"Debemos evitar el riesgo de que los jóvenes, al crecer fuera de sus canales escolares, traduzcan su marginación en un rechazo a la convivencia o como impulso a la rebelión", advirtió.
Finalmente, Mattarella defendió "una actuación integral ante los distintos niveles, con políticas que apuntan a invertir en los jóvenes y en su futuro, con intervenciones estructurales para reducir las disparidades entre territorios, con estrategias para ampliar oportunidades y caminos de integración y solidaridad y con represión de crímenes".
La tragedia que asoló la región de Emilia-Romana, en el norte de Italia dejó 15 muertos y al menos 7.000 millones de euros en pérdidas. (ANSA).