(ANSA) - MADRID, 29 MAG - Un duro revés sufrieron hoy los
socialistas del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez,
y sus aliados de izquierda, a seis meses de las elecciones
nacionales.
En la votación administrativa en algunas de las principales
ciudades españolas, la derecha obtuvo algunas victorias de alto
peso específico: además del tradicional feudo conservador de
Madrid, el Partido Popular (PP) y Vox obtuvieron la mayoría en
Valencia y Sevilla, dos grandes comunas controladas en la última
legislatura por formaciones progresistas.
En Barcelona, ;;sin embargo, la alcaldesa de izquierda
saliente Ada Colau fue derrotada por Xavier Trias, exalcalde de
la ciudad entre 2011 y 2015 y candidato de los independentistas
de Junts per Catalunya.
Mientras tanto, el escrutinio provisorio difundido a última
hora de la tarde del domingo indica que la centroizquierda
también podría perder el control de algunas de las 12
comunidades autónomas en las que se celebraron hoy elecciones
autonómicas: la derrota más sangrienta de Sánchez y sus
seguidores podría darse en la Comunidad Valenciana, donde el PP
y Vox van por delante.
Los malos augurios para las fuerzas políticas progresistas
españolas ya se desprendían de la encuesta difundida por la
televisión pública TVE al cierre de las urnas.
La anticipación quedó entonces confirmada por los resultados
oficiales: un golpe significativo, en particular para las
aspiraciones de las formaciones del Gobierno nacional (Partido
Socialista y Unidas Podemos) de mantenerse en el poder en Madrid
también en la próxima legislatura.
Desde la capital llegan más noticias negativas para los
progresistas, con la popular Isabel Díaz Ayuso cerca de obtener
un tercer mandato como gobernadora, esta vez quizás incluso con
mayoría absoluta.
Mientras que a nivel municipal, su colega de partido José
Luis Martínez Almeida y alcalde saliente obtuvo la confirmación
para un segundo mandato al conquistar los 29 escaños necesarios
para un gobierno en solitario, superando en gran medida a las
formaciones de izquierda.
Otras derrotas para la centroizquierda podrían llegar en las
regiones de Aragón, Baleares y La Rioja.
La doble cita con las urnas de este 28 de mayo fue
ampliamente anunciada en las vísperas como una prueba crucial
para los partidos en liza. Por un lado, los socialistas de
Sánchez y sus aliados de izquierda se han enfrentado al juicio
de los votantes sobre su propia respuesta política en muchos
territorios a todas las emergencias que han estallado en los
últimos cuatro años, desde la pandemia del Covid hasta la
reciente crisis inflacionaria vinculada a la guerra en Ucrania.
Por otro lado, para los tradicionales opositores del PP y
los ultraconservadores de Vox, la vuelta representó una gran
oportunidad para poner a prueba la voluntad efectiva de los
españoles para propiciar el "cambio de ciclo político" del que
dicen ser promotores.
Teniendo en cuenta también que, desde hace un tiempo,
ninguna de las dos formaciones cerró la puerta a la posibilidad
de dar vida a un eje postelectoral como aquel que ya se
experimenta en algunos territorios, por ejemplo en la región de
Castilla y León.
En las últimas elecciones locales, celebradas en 2019, el
Partido Socialista (PSOE) fue globalmente la primera fuerza, con
una ventaja de alrededor de 1,6 millones de votos sobre el
Partido Popular: el margen de ventaja, en tanto, fue
completamente desmoronado por este último, que ahora es, en
cambio, primera fuerza con casi 800.000 votos por delante.
Bajo la sede nacional de esta formación, en Madrid, ya se
han reunido varios militantes para celebrar el resultado.
(ANSA).
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