"En 2022, al menos 883 personas fueron ejecutadas en 20 estados, la cifra más alta registrada desde 2017", denunció Amnistía Internacional en su último informe sobre la pena de muerte.
Especificó que el "aumento significativo, que no tiene en cuenta las miles de condenas a muerte presuntamente ejecutadas en China, depende de los Estados de Oriente Medio-Norte de África", área que pasó de "520 en 2021 a 825 en 2022".
"Al aumentar el número de ejecuciones, los estados de la región de Oriente Medio y África del Norte han violado el derecho internacional y mostrado un profundo desprecio por la vida humana", afirmó Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía.
"El número de personas privadas de la vida ha crecido enormemente: Arabia Saudí ejecutó la asombrosa cantidad de 81 presos en un solo día", subrayó Callamard.
"En un intento desesperado por aplastar las protestas populares, Irán mató a personas que sólo habían ejercido su derecho a protestar", agregó la secretaria.
El informe de Amnistía subrayó que "el uso de la pena de muerte ha permanecido rodeado de secreto en varios estados, como China, Corea del Norte y Vietnam, sin embargo conocidos por el uso extensivo de la pena de muerte: el número real de ejecuciones es, por lo tanto, mucho mayor".
"Aunque no es claro cuántas veces se aplicó la pena de muerte en China, está claro que se mantuvo en la parte superior de la lista de ejecuciones, seguido de Irán, Arabia Saudita, Egipto y los Estados Unidos de América", dijo.
Ante esta situación, precisa la organización, "un poco de esperanza surge de los seis estados que, en 2022, abolieron total o parcialmente la pena de muerte".
Se trata de Kazajstán, Papúa Nueva Guinea, República Centroafricana y Sierra Leona, que abolieron la pena de muerte para todos los delitos, mientras que Guinea Ecuatorial y Zimbabue también la quitaron para delitos comunes.
A fines de 2022, 112 estados habían abolido la pena de muerte para todos los delitos, y otros nueve estados la quitaron para los delitos comunes.
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