Lula, informa el diario O Globo, bajó personalmente al exterior del edificio para presenciar los trabajos de remoción de las vallas, saludar a algunos de sus simpatizantes y charlar con los periodistas.
El jefe de Estado explicó que "Brasil no necesita estar rodeado de rejas. Debe ser libre. La democracia no necesita muros, no los necesita".
En el mismo sentido, Lula también ha asegurado que hará lo propio con el Palacio de la Alvorada, su residencia oficial, y luego con el Palacio de Jaburu, en el que trabaja el vicepresidente Geraldo Alckmin.
"Fui presidente durante ocho años -recordó luego- y nunca ha habido problemas. La gente venía a la entrada de la Alvorada a protestar los domingos con trompetas y eso nunca me molestaba.
Si quisiera encerrar a la gente, impidiéndole protestar, la democracia ya no tendría sentido".
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