La violencia comenzó en 2019, cuando la víctima tenía apenas ocho años, y se prolongó hasta 2023. El hombre se aprovechó de la condición vulnerable de la pequeña por su edad y su condición de padrastro, lo que le permitía quedarse a solas con ella, según los investigadores.
La madre de la víctima llegó a casa sin avisar un día y sorprendió a su pareja. Aunque trató de impedir que entrara a la habitación, la mujer pudo ver a la pequeña envuelta en ropa que no era suya. Luego llamó a la policía e hizo que lo arrestaran.
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