(ANSA) - PRAGA 10 MAY - Mientras desde París y Madrid llegan
andanadas contra su gobierno, Giorgia Meloni visitó Praga y
logró el apoyo pleno de uno de sus más estrechos aliados.
Antes del cara a cara y luego en las declaraciones a la
prensa, Petr Fiala se coloca junto a la premier italiana,
presidenta del grupo de los conservadores europeos de los cuales
el premier checo es un exponente destacado.
La necesidad de un cambio de actitud sobre los migrantes, la
reforma del Pacto de Estabilidad, la batalla para limitar el
impacto sobre lo automotriz con la directiva de los vehículos
verdes, son todos dosieres sobre los cuales Fiala sostiene y
apoya las propuestas de Meloni.
Todos dosieres, se razona en el gobierno, en los que también
los líderes europeos, cuyos ministros hoy atacaron a Italia,
deberán sentarse y hablar con Meloni. Detrás de esta
observación, figura la lectura que la estrategia anti-Meloni
aplicada por París y Madrid en estas semanas, "es sobre todo un
problema, si no una incomodidad, para franceses y españoles",
notan fuentes del Ejecutivo.
Es una "liquidación de cuentas internas", para usar las
palabras elegidas por Meloni, al término del doble encuentro con
Fiala y con el presidente de la República Checa, Petr Pavel,
intercalado por una breve visita guiada al milenario Castillo de
Praga.
Dos semanas atrás, la misión en Londres fue damnificada por
el caos en el Parlamento sobre el DEF. Esta vez los ataques de
fuera del confín trasladan la atención mediática, crean
irritación, pero no arruinan la jornada, según el sentir los
humores de la delegación.
En Palazzo Chigi no ven algún problema político con Francia
y España. "Hasta las elecciones europeas -es el razonamiento de
quien en el gobierno está más cercano a la premier-, en Francia
irán las cosas adelante, para agitar el espectro de Le Pen, que
luego con Meloni no tiene nada que hacer".
Y también la ofensiva de la vicepremier española, Yolanda
Díaz, acerca de las políticas del trabajo de Roma imputada a un
intento de superar a la izquierda del premier Pedro Sánchez.
El último encuentro entre Meloni y Emmanuel Macron, el 23 de
marzo en Bruselas, recuerdan las fuentes del Ejecutivo, fue muy
positivo, y también aquel con Sánchez a comienzos de abril.
La premier y el presidente francés se volverán a ver en
menos de diez días en el G7 en Japón, ninguno confirma o
desmiente que se trabaje para una bilateral. Después, a fines
de junio ambos estarán en el Consejo UE. Que corre el riesgo de
convertirse en un banco de pruebas para las alianzas en vista de
las elecciones europeas de 2024.
"Pragmatismo", fue en estos meses la palabra de orden de
Meloni, en la búsqueda de convergencias de las otras capitales
en temas de interés común. Y ciertamente puede contar al margen
con los otros dos premieres ECR, el polaco Mateusz Morawiecki y
Fiala.
Desde Praga llegó el endoso al Plan Mattei: "Italia se está
convirtiendo en un hub europeo para la provisión de gas, es
importante para nosotros". "Y también sobre los migrantes Meloni
lleva tantas propuestas a Europa, nosotros apoyamos las
propuestas de Italia, tenemos una visión común", garantizó el
primer ministro checo, y auspició una "lucha más activa contra
los traficantes", en vista del Consejo Europeo.
Falta poco más de un mes, y Meloni reitera la "necesidad de
acciones concretas por parte de la Comisión". Existe además un
"trabajo que hacer", explicó la premier, sobre la propuesta del
nuevo Pacto de Estabilidad. Y es compartida por Roma y Praga,
clarificó Fiala, también el pressing para modificar las medidas
sobre vehículos Euro 7, "para suavizar el impacto negativo sobre
la industria automovilística".
Perfectamente alineadas también las posiciones sobre el
apoyo a Kiev. "Se habló asimismo de reconstrucción, apostamos a
una Ucrania en paz, libre y europea", dijo Meloni, agradeciendo
a la República Checa que en estos meses recibió 500.000
refugiados. (ANSA).
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