Tres años de pandemia conmocionaron a Italia

Covid: fin de obligación de barbijos en las estructuras sanitarias, pero la mayor parte de los pacientes aún los usa. (foto: ANSA)
Covid: fin de obligación de barbijos en las estructuras sanitarias, pero la mayor parte de los pacientes aún los usa. (foto: ANSA)

(ANSA) - Los pases verdes y las zonas rojas, la primera víctima de Vo' Euganeo y la dramática columna de camiones militares que atraviesa las calles de Bergamo.
    Las oleadas y los boletines, el aislamiento y el huir desde las estaciones ferroviarias. Las máscaras y los abrazos negados en los hospitales colapsados, los adioses y las reaperturas.
    A tres años de la explosión de la pandemia de coronavirus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de la emergencia que, solo en Italia, afectó a 26 millones de personas causando 189.000 víctimas.
    Es el 2020 cuando en Italia se registró el primer caso de Covid, aquel virus del que se sabía bien poco en esa época, si no que había golpeado en particular a China y la zona de Wuhan, donde fue identificado el primerísimo foco, el 29 de enero una pareja de turistas chinos de vacaciones en Roma es internada en el Spallanzani, el hospital que por meses se convierte en punto de referencia para la curación y la investigación.
    El virus, se descubrirá solamente poco después. pero ya circulaba en Italia y comenzó a difundirse como una mancha de aceite. La fecha en la que todo cambió es el 21 de febrero cuando, al finalizar una larguísima jornada de actualizaciones sobre los primeros casos italianos, llega la noticia de la primera muerte: Adriano Trevisan, de 78 años, residente en Vo' Euganeo, muerto en el hospital padovano de Schiavonia. Fue el comienzo del fin.
    El paciente número 1 fue identificado en un hombre de 38 años, de Codogno, Mattia Maestri, cuyos movimientos y contactos son sondeados hora por ahora, minuto a minuto. En once comunas entre Lombardia y el Veneto estalla la "zona roja".
    El 23 de febrero comienza el ritual del boletín de contagiados y muertos por parte de la Protección Civil, mientras el 4 de marzo el gobierno decide el cierre de todas las escuelas. Será solo la primera de una larga serie de medidas que serán anunciadas por el premier Giuseppe Conte, en directo por la televisión y las redes sociales.
    La sucesiva, firmada el 8 de marzo, extenderá el bloqueo de Lombardia a toda Italia. El primer país occidental en adoptar las medidas restrictivas. Se detiene el deporte, cierran el cine y los teatros, bares y restaurantes, congresos y convenciones, las empresas recurren el smart working y el trabajo ágil.
    Las ciudades italianas son atravesadas por el silencio, las calles y las plazas vacías, en los balcones aparecen las pancartas con "Irá todo bien", se saltan las fiestas y aniversarios. Bergamo, una de las provincias más afectadas por la pandemia, se convierte en el símbolo de la tragedia.
    Las terapias intensivas colapsan, médicos y enfermeros exhaustos. El Papa Francisco ruega por la humanidad en una plaza San Pedro desierta y golpeada por la lluvia, mientras los casos y las víctimas continúan subiendo día a día.
    En abril la curva comienza a descender y las restricciones a extenderse, mientras el gobierno apronta la llamada "fase 2" con progresivas reaperturas. El 15 de junio es el momento de la "fase 3", con ulteriores aligeramientos, que prevén la reapertura del campeonato de la Serie A. En julio y agosto serán los meses de la casi total reapertura, discotecas incluidas.
    Concesiones que los italianos pagarán caro con una nueva suba de los casos. En setiembre reabren la escuelas, mientras en octubre vuelve a explotar la emergencia. El 27 de diciembre comienza el "Vaccine Day", con las imágenes de pacientes que hacen el símbolo de la victoria con los dedos.
    Años 2021 y 2022 son los años del asentamiento. Se intensifica la campaña de vacunación, con la primera, segunda, tercera y cuarta dosis, mientras el virus continua atenuándose y modificándose en sus variantes.
    Se experimentan nuevas curaciones y fármacos, entre ellos, despuntan también las píldoras antivirales.
    Los cierres y aislamientos son un lejano recuerdo y los italianos vuelven a frecuentar museos, cines y teatros.
    Desaparecen barbijos, certificados y pases verdes, mientras el boletín del ministerio de Salud -con el establecimiento del nuevo gobierno de Meloni- se convierte en semanal.
    El 31 de marzo de 2022 se declara en fin del estado de emergencia en Italia, proclamado el 31 de enero de 2020.
    La última restricción en caer -1 de mayo de 2023- es la obligación de usar barbijos en los hospitales, obligación que sigue estando en vigor en RSA y secciones con pacientes vulnerables. Hoy, a tres años de la noticia de los primeros contagios en Roma, finalmente la emergencia finalizó.
   

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