(ANSA) - LONDRES, 26 APR - Importante reconocimiento para el
Rey Carlos III, en compensación parcial de otros apuros, de cara
a la ceremonia de coronación formal solemne del 6 de mayo, con
la Reina Camila a su lado, en la Abadía de Westminster en
Londres.
Entre los invitados de honor del acto estará Michelle
O'Neill, la líder del Sinn Fein, el partido republicano católico
que recientemente obtuvo una mayoría relativa en Irlanda del
Norte, la más turbulenta de las naciones que componen el Reino
Unido.
Se trata de una presencia que habría sido completamente
impensable incluso hace apenas veinte años, subrayan los medios.
O'Neill anunció hoy que había aceptado la invitación
recibida del Palacio de Buckingham en nombre del nuevo soberano,
que ascendió al trono el 8 de septiembre de 2022 tras la muerte
de su madre, la reina Isabel II.
Un gesto de respeto y deshielo que ciertamente no borra las
distancias ideológicas de fondo, pero en todo caso sella las
muchas manos tendidas de los últimos años, incluidas las que
estrechó en su momento en Belfast el propio Carlos, entonces
Príncipe de Gales, con líderes históricos como como Gerry Adams,
abanderado del Sinn Fein cuando este era considerado el brazo
político de la guerrilla del IRA, responsable entre otros del
atentado que en 1979 le costó la vida a Lord Louis Mountbatten,
padrino del actual rey, junto a varios familiares y seguidores.
Se trata de un gesto que también celebra el 25 aniversario
del Acuerdo de Paz de Viernes Santo en Irlanda del Norte de
1998.
O'Neill, que aspira a convertirse en primer ministro del
gobierno local de unidad nacional en Belfast una vez superado el
plazo del estancamiento con los unionistas del Dup, explicó a
Sky News que seguía siendo una firme partidaria de la república
con respecto a la forma monárquica del estado.
Pero también subrayó que aspira a convertirse en "la primera
ministra de todos", respetuosa con la actual institucionalidad y
con aquellas comunidades que en el Ulster "tienen raíces
británicas o son leales" a la corona.
El anuncio se produce cuando grupos de activistas
republicanos británicos confirman su intención de realizar
fuertes protestas (aunque en áreas separadas) el día de la
coronación; también para denunciar los costos de un evento que
dicen -y a pesar de las apuestas de sobriedad y mayor modernidad
del nuevo monarca- acabará siendo 5 veces superior a lo gastado
en proporción a ceremonias similares del siglo pasado.
Mientras tanto, también van surgiendo los últimos detalles
sobre la presencia de líderes y personalidades extranjeras del
Reino. Se confirma el exmarido de Camilla, Andrew Parker Bowles,
de quien la actual reina consorte se divorció en 1995 antes de
unirse a Carlos en su segundo matrimonio en 2005, así como sus
dos hijos adultos.
Mientras tanto, abundan los rumores sobre el lugar que
ocupará entre los bancos de la abadía el príncipe rebelde Harry,
el segundo hijo del rey, al llegar procedente de Estados Unidos
sin su esposa Meghan.
Al respecto, fuentes anónimas de la corte han definido que
es improbable que en realidad pueda ser relegado a la "décima
fila", como se arriesgó hace unos días en un programa
televisivo. (ANSA).
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