Las autoridades de Teherán -según el informe publicado en el sitio web de HRW- también arrestaron, interrogaron y procesaron a menores en violación de las garantías legales.
Además, los jueces impidieron que las familias contraten abogados para defenderlos, los condenaron por cargos vagos y los juzgaron fuera de los tribunales, según la denuncia.
Las fuerzas de seguridad detuvieron a niños sin notificar a sus familias, a veces durante semanas, agregó la organización.
"Los líderes iraníes han desatado sus brutales fuerzas de seguridad para agredir sexualmente y torturar a menores y no los han librado de juicios manifiestamente injustos", denunció Tara Sepehri Far, investigadora sobre Irán de Human Rights Watch.
"Durante los últimos siete meses, las autoridades no han dudado en ampliar el poder coercitivo del Estado para silenciar incluso a los niños", añadió Far.
A los estudiantes liberados de la detención se les ha impedido regresar a la escuela, y las autoridades han recortado la asistencia social a las familias, obligando a los niños a trabajar.
Human Rights Watch investigó el abuso sufrido por 11 menores entre septiembre de 2022 y febrero de 2023 y documentó nuevos detalles sobre dos casos denunciados anteriormente.
La organización de derechos humanos documentó que las fuerzas de seguridad del gobierno han inmovilizado, vendado los ojos y torturado a niños detenidos.
Las autoridades iraníes golpearon y agredieron sexualmente a un joven de 17 años, causándole una hemorragia, denunció un familiar.
Una estudiante de secundaria dijo que las fuerzas de seguridad la empujaron sobre una estufa de gas encendida durante el arresto, le prendieron fuego a la ropa y la golpearon y azotaron durante el interrogatorio.
En la lista de denuncias se menciona que otro niño aseguró que le clavaron agujas debajo de las uñas, dos jóvenes fueron torturados para proporcionar la ubicación de sus familiares, un joven de 16 años hizo dos intentos de quitarse la vida después de haber sido golpeado, recibir descargas eléctricas y agredido sexualmente.
Las autoridades no han brindado atención médica a los niños heridos por las fuerzas del orden, incluido un niño de 13 años que sufrió una fractura de costilla durante una golpiza. Las autoridades amenazaron a los miembros de la familia para que guardaran silencio sobre el abuso.
A principios de abril, los grupos de derechos humanos iraníes registraron 537 personas muertas por las fuerzas de seguridad durante las protestas que comenzaron a fines de agosto de 2022 tras la muerte de Mahsa Amini, incluidos al menos 68 menores.
Human Rights Watch había informado previamente sobre la muerte de niños, entre ellos Nika Shakarami, de 16 años, cuyo cuerpo fue encontrado por su familia 10 días después de que desapareciera durante las protestas en Teherán el 20 de septiembre, y Sarina Esmailzadeh, de 16 años, que murió luego de ser golpeada por fuerzas de seguridad el 23 de septiembre, en Gohardasht, en la provincia de Alborz.
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