Pacto eólico para liberar a la UE de Moscú

(ANSA) - BRUSELAS 24 ABR - Una nueva era para la transición energética se avecina tras el pacto alcanzado en Oslo para que la energía eólica libere a la Unión Europea de la dependencia de los combustibles con Moscú, lo cual se hará posible gracias al empuje del viento de la costa belga de Ostende, en el Mar del Norte.
    Los líderes de los países de la región, reunidos por segunda vez desde el inicio de la guerra en Ucrania, sellaron un pacto para hacerla crecer y convertirla rápidamente en "la mayor central eléctrica verde del mundo".
    Promete "medidas fuertes" para proteger toda su infraestructura en alta mar del chantaje y las amenazas de sabotaje y espionaje de Moscú.
    Se trata de un pacto de nueve partes que, a pesar de los desacuerdos que nunca fueron silenciados sobre la energía nuclear -acerca a París y a Berlín-, acompaña a la nueva alianza verde UE-Oslo y actúa como contraparte de ese espacio energético mediterráneo impulsado por Roma.
    Un año después de lanzar allí el impulso de la energía eólica en la cumbre de Esbjerg, los líderes de Alemania, Dinamarca y Holanda, recibidos por el Primer Ministro de Bélgica, Alexander De Croo, se reunieron junto a los jefes de Estado y de Gobierno, y a los ministros de Francia, Dinamarca, Luxemburgo, Noruega, Irlanda y Reino Unido (aunque con la deserción de Rishi Sunak, representado por Taoiseach Leo Varadkar), todos ellos nuevos miembros de la coalición, para sancionar el compromiso de cuadriplicar las energías renovables producidas por el viento para fines de la década.
    Llevarlo a 120 gigavatios en 2030 y luego continuar hacia un mínimo de 300 gigavatios para 2050. Poner en el plato, compartido con la UE y más de 100 grupos industriales (incluidos algunos mediterráneos, pero no italianos), ambiciones comunes y una plétora de proyectos de infraestructura, hasta ahora todos en papel, acompañados de financiación, trámites burocráticos y modificaciones normativas.
    Y también por nuevos estándares de seguridad ante la amenaza de los sabotajes rusos y esos barcos "fantasma" -embarcaciones espías disfrazados de pesqueros- avistados en el Mar del Norte y siempre movidos desde el Kremlin.
    La producción eólica de la UE está, sin embargo, creciendo y ahora, según las cifras, satisface a casi una quinta parte de la demanda eléctrica continental. Pero ninguno de los líderes ocultó que 2022 fue un año difícil por la "gran crisis energética provocada por la guerra de Rusia".
    Lo que puso a prueba severamente la resiliencia de la Unión mientras, en la visión común de Ursula von der Leyen y Olaf Scholz, se da el empujón adecuado -materializado con los compromisos del maxiplan RePowerEu- para cortar puentes desde Moscú y de la dependencia de sus combustibles fósiles.
    Ahora el doble desafío relanzado con decisión del Bundeskanzler es centrarse en las energías renovables -y en la región, sobre todo en el hidrógeno limpio y la energía eólica marina- para "independizarse por completo" de Moscú.
    Una estrategia que une a todos los líderes del Mar del Norte, pero no sin algunos desacuerdos.
    En primer lugar, el enfrentamiento entre el francés Emmanuel Macron y el alemán Scholz sobre la energía nuclear: dos visiones irreconciliables, con el favor del primero y la clara oposición del segundo, destinadas a chocar muchas más veces en los próximos meses.
    Y, detrás de escena del protagonismo de la UE, también está la acción de los países mediterráneos y de Italia con su Piano Mattei (destinado a la diversificación de los orígenes de los proveedores y a la asunción de un papel principal por parte italiana como centro mediterráneo del gas). En un potencial conflicto entre el norte y el sur que sube el listón en la carrera europea por la independencia energética. (ANSA).