La esperanza de vida de
los mexicanos se acortó 4 años al pasar de 74,2 en 2019 a 70,2
años en 2022, a tres años de ser detectado el primer caso de
Covid en el país, advirtió Rafael Lozano, director de Sistemas
de Salud del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud
de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington.
Según Lozano, "teníamos una trayectoria de muertes, pero el
Covid-19 nos aumentó muchísimas, 300.000 más y eso trajo como
consecuencia que, al calcular la esperanza de vida, se fuera
para abajo".
El especialista señala que estas estimaciones fueron hechas
por la ONU y aún deben ser validadas en el gobierno mexicano, a
través del Consejo Nacional de Población (Conapo), que depende
del ministerio del Interior.
Sin embargo, ya se puede concluir que México "retrocedió 30
años", lo cual representa una señal de que el país está en una
situación de atraso en todos los órdenes, principalmente el de
la salud.
"La esperanza de vida es una medida de progreso y cuando una
población va aumentando" en ese ámbito "quiere decir que va
mejorando su expectativa, lo que es muy importante para un
país", expuso.
El investigador señaló que la razón de este desplome en la
calidad de vida se debe fundamentalmente a la "fragilidad del
sistema de salud" que "está cambiando" por lo que "hay que
cruzar los dedos para que no llegue otra pandemia".
Otros expertos, como Samuel Ponce de León, consideran que el
Covid-19 tomó al país desprevenido, con un "sistema de salud que
venía ya en declive desde hace varios años y con recursos
insuficientes".
Ponce de León, titular de la Comisión Universitaria para la
Atención de la Emergencia por Covid-19 de la UNAM, señaló que
"México conjugó una circunstancia particularmente
desafortunada".
"Veníamos teniendo un sistema cada vez más pobre,
insuficiente, poco atendido en términos presupuestales. Desde
hace más de 30 años no estamos hablando de lo inmediato, así que
cuando se presenta el Covid, tenemos uno de los sistemas más
pobres de América Latina", afirmó.
México se ubicó en quinto lugar mundial en mortalidad por
Covid-19, con 332.913 fallecimientos y 7,4 millones de casos
acumulados.
Pese a todo, el especialista destacó que esta endeble
estructura "fue capaz de organizar una respuesta, a pesar de
estas carencias, lo cual impidió que la situación no fuera más
grave.
"Se pudo articular una respuesta hospitalaria que
rápidamente montó una capacidad que, desafortunadamente fue
insuficiente, porque uno no puede efectivamente armar en un par
de semanas un sistema de atención comprando ventiladores o
adecuando instalaciones", concluyó Ponce de León.
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