(ANSA) - ROMA, 21 FEB - Forma parte de la secuencia sísmica
generada por el terremoto del 6 de febrero entre Turquía y
Siria, el sismo de magnitud 6,3 registrado el lunes en Turquía,
explicó a ANSA el presidente del Instituto Nacional de Geofísica
y Vulcanología (Ingv), Carlo Doglioni.
"El nuevo choque -observó- ocurrió más al sur que los demás,
pero sigue siendo parte de la misma secuencia. Indica un "campo
de estrés" que se está reposicionando, como un volumen que se
está agrandando tanto hacia el norte como hacia el sur".
Por tanto, el terremoto de ayer no se produjo sobre una
nueva falla, sino que se debió al reposicionamiento de la
porción de la corteza terrestre sometida a los empujes
tectónicos.
"Es una réplica que aún durará meses o años, pero cuya
frecuencia e intensidad disminuirán gradualmente", dijo
Doglioni.
"Es una réplica, es decir -continuó- una sacudida que sigue
a la sacudida principal, un poco como lo que sucedió en la
secuencia de Italia central que comenzó en Amatrice el 24 de
agosto de 2016 y durante la cual, a lo largo de los meses, hubo
muchos temblores.
Imposible predecir cómo evolucionará la situación, pero "con
certeza podemos decir que durará mucho tiempo", observó el
presidente de Ingv. "Solo para dar un ejemplo, recién hoy
estamos viendo el final de la secuencia de 2016, que tuvo más de
140.000 réplicas de terremotos. Ahora en Turquía estamos en 7-8
mil réplicas, todavía habrá varias decenas de miles".
Su evolución viene definida por la ley que toma su nombre
del físico japonés Omori, según la cual el número de descargas y
su magnitud disminuyen exponencialmente a medida que se alejan
de la primera descarga. (ANSA).
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