Encontramos unos plantíos en Atoyac", dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en febrero de 2021, al confirmar la existencia de estas plantaciones. Asimismo, han sido hallados dos laboratorios y 10 depósitos donde se siembran las semillas para después trasplantarlas. El periódico cita al experto en temas de seguridad Josué González, quien considera que "se debe atender este fenómeno seriamente para no permitir que se siga expandiendo aún cuando parece que la producción de hoja de coca está en etapa experimental y además es sumamente baja". "Las células criminales están buscando llenar un vacío que está dejando la producción de amapola frente a la incursión de drogas sintéticas, principalmente el fentanilo", afirmó. De acuerdo con la consultora estadounidense InSight Crime, "los agricultores de amapola, al ser desplazados por la creciente demanda de fentanilo, se quedaron con parcelas que valían mucho menos que antes y hubo una pérdida generacional de conocimiento sobre los cultivos tradicionales". En un análisis titulado "Cultivos de coca aumentan en Guerrero, México, aunque hay dudas sobre adaptabilidad", la firma destaca que, a pesar del aumento de los hallazgos, el cultivo de coca en México sigue estando lejos de ser escalable, pues "no hay indicios de que el país se convierta en un actor importante en la producción de coca". Sin embargo, expone que "el aumento gradual y el historial de cultivos ilícitos de Guerrero podrían ser fuentes de problemas en el estado". "Las remotas montañas de Guerrero han sido terrenos fértiles para los cultivadores de heroína (amapola) y marihuana, quienes intentan replicar este éxito para el cultivo de coca", añadió. Como los cultivos de amapola, las plantaciones de coca se concentran en las montañas de Atoyac y Tecpan, en la región de la Costa Grande, los cuales "son difíciles de detectar desde helicópteros, dado que las plantas de coca se camuflan entre arbustos", señala el reporte.
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