(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 06 FEB - Hace pocos años nadie
podría imaginar que México podría convertirse en un país de
cultivo de hojas de coca, que en el futuro sea capaz de desafiar
a los grandes productores de esa planta como Colombia o Perú,
pero ahora las cosas están cambiando rápidamente.
La producción de hoja de coca está repuntando a cada vez
mayor velocidad en México, como lo demuestra el hecho de que el
año pasado el Ejército detectó y eliminó 70 plantaciones, 10
veces más que en 2021, mientras que en las últimas tres décadas
solo se habían encontrado 11, según un reporte difundido por el
diario Milenio Diario.
El plan de algunas bandas criminales de producir cocaína con
base en materia de prima cosechada en el país y ya no traída en
medio de muchas vicisitudes desde América del Sur, que inició
hace algunos años, está finalmente convirtiéndose en un éxito,
pese al escepticismo de los expertos que apostaban a que
fracasaría hasta hace poco tiempo.
Las alarmas comenzaron a activarse en el gobierno frente a
este tema, pues ya hay zonas como la sierra de Guerrero, estado
sueño que bordea con las costas del Pacífico, donde las cosechas
cada vez son de mayor calidad.
A partir de 2014 los militares detectaron los tres primeros
campos sembrados de hoja de coca en el estado meridional de
Chiapas, en 2020 uno más en ese mismo estado, fronterizo con
Guatemala y en 2021 se hallaron 7 plantaciones para el siguiente
año saltar a 70, según cifras oficiales.
Las extensiones sembradas que fueron destruidas por las
Fuerzas Armadas tenían una extensión de 33 hectáreas y según las
estimaciones oficiales cada hectárea puede producir hasta 7
kilogramos de cocaína con un valor de hasta 12.500 dólares por
kilo, pero por ahora no ha habido detenidos.
Las ganancias en sólo estas áreas experimentales pueden
elevarse a unos 2,8 millones de dólares, una vez concluido el
proceso de manufactura industrial.
"Ya sabemos que están ahí, en Guerrero, experimentando con
el cultivo de coca, que ya estamos investigando sobre esto.
Encontramos unos plantíos en Atoyac", dijo el presidente Andrés
Manuel López Obrador en febrero de 2021, al confirmar la
existencia de estas plantaciones.
Asimismo, han sido hallados dos laboratorios y 10 depósitos
donde se siembran las semillas para después trasplantarlas.
El periódico cita al experto en temas de seguridad Josué
González, quien considera que "se debe atender este fenómeno
seriamente para no permitir que se siga expandiendo aún cuando
parece que la producción de hoja de coca está en etapa
experimental y además es sumamente baja".
"Las células criminales están buscando llenar un vacío que
está dejando la producción de amapola frente a la incursión de
drogas sintéticas, principalmente el fentanilo", afirmó.
De acuerdo con la consultora estadounidense InSight Crime,
"los agricultores de amapola, al ser desplazados por la
creciente demanda de fentanilo, se quedaron con parcelas que
valían mucho menos que antes y hubo una pérdida generacional de
conocimiento sobre los cultivos tradicionales".
En un análisis titulado "Cultivos de coca aumentan en
Guerrero, México, aunque hay dudas sobre adaptabilidad", la
firma destaca que, a pesar del aumento de los hallazgos, el
cultivo de coca en México sigue estando lejos de ser escalable,
pues "no hay indicios de que el país se convierta en un actor
importante en la producción de coca".
Sin embargo, expone que "el aumento gradual y el historial
de cultivos ilícitos de Guerrero podrían ser fuentes de
problemas en el estado".
"Las remotas montañas de Guerrero han sido terrenos fértiles
para los cultivadores de heroína (amapola) y marihuana, quienes
intentan replicar este éxito para el cultivo de coca", añadió.
Como los cultivos de amapola, las plantaciones de coca se
concentran en las montañas de Atoyac y Tecpan, en la región de
la Costa Grande, los cuales "son difíciles de detectar desde
helicópteros, dado que las plantas de coca se camuflan entre
arbustos", señala el reporte. (ANSA).
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