ANSA) - ROMA, 06 FEB - El apocalipsis estalló a las 4.17. La oscuridad de una noche gélida atravesada por los relámpagos y los cortocircuitos de las centrales, los estruendos, el terror.
Para quienes lo lograron fue, la huida a la calle, bajo la lluvia y la nieve, en pijama, los niños en brazos, entre las ruinas de edificios derrumbados por un terremoto de magnitud 7,8 que azotó el sur de Turquía y el norte de Siria con la fuerza de 130 bombas atómicas, mil veces más potentes que el terremoto de Amatrice de 2016.
Los que no lo lograron murieron mientras dormían, bajo los escombros de una casa convertida en tumba.
Las víctimas hasta ahora fueron más de 3.650, los heridos unos 9.000, pero según los expertos del USGS el balance del terremoto, cuyo epicentro fue en Kahramanmaras con un hipocentro a 10 kilómetros de profundidad, podría alcanzar los 10.000 muertos.
Para la OMS podría haber hasta ocho veces más víctimas que en la actualidad.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha proclamado 7 días de luto nacional. Todas las escuelas estarán cerradas por una semana y todas las actividades deportivas están suspendidas.
El terremoto, registrado por sismógrafos de todo el mundo, destruyó más de 2.800 edificios solo en Turquía. Inmediatamente después del primero se registraron tres temblores, en rápida sucesión, con magnitudes de 5,6, 5,2 y 5 respectivamente. Poco después hubo 7,5 cerca del sureste de Ekinozu, a unos 200 kilómetros del epicentro del primer terremoto.
Fueron en total al menos 120 réplicas. Una serie que parecía interminable, y que también se sintió en Líbano, Grecia, Israel, Chipre, hasta Groenlandia. Cientos de ciudades afectadas.
La situación en Siria también es desastrosa. Alepo, ciudad mártir de la guerra civil, donde también murió un sacerdote, se vio muy afectada. Campos de refugiados en la frontera con Turquía arrasados, donde al menos 3 millones de desplazados ya necesitaban de todo.
La devastación rebota en la red con imágenes tomadas por drones y videos de edificios aparentemente intactos que se derrumban sobre sí mismos tras los temblores, como en Malataya, en el este de Anatolia. El castillo de Gaziantep, del siglo XIX y patrimonio de la Unesco, desapareció. En Adana, ciudad del sur de Turquía a unos cien kilómetros del epicentro, el alcalde anunció el derrumbe de dos edificios de 14 y 17 pisos.
"Hemos estado en la calle desde las 4:30 de la madrugada. Está lloviendo y nevando a cántaros, pero nadie se atreve a volver a casa después de tantos temblores", dice Melissa, de 23 años, en Kahramanmaras.
Los rescatistas lloran cuando extraen a una niña y un niño vivos e ilesos, con el pijama sucio, de los escombros de un edificio. Una mujer, Cennet Suku, es sacada de las ruinas de un hospital derrumbado en la ciudad costera de Iskenderun, donde se destruyó la catedral del siglo XIX.
En Gaziantep, los pacientes de un hospital se pusieron a salvo aferrándose "unos a otros en busca de ayuda", bajo la lluvia, en pijama y chancletas, dijo un hombre. "Ni siquiera recuerdo cómo me quité el suero del brazo para escapar", dijo a la BBC Gokce Bay, quien se sometió a un trasplante de riñón el domingo.
Instantáneas de una tragedia tras la cual ni siquiera las líneas geográficas serán las mismas: el suelo de Anatolia se ha movido "al menos tres metros", informó el presidente del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (Ingv) de Italia, Carlo Doglioni.
La falla del sureste de Anatolia "probablemente ha deformado la costa", según Alessandro Amato, sismólogo y director del Ingv Tsunami Center.
Mientras tanto, el mundo se ha movilizado. Los primeros bomberos expertos en operaciones de rescate ya han llegado a Turquía desde Italia. Otros 50 estarán en el sitio en las próximas horas. "Proximidad y solidaridad con las poblaciones afectadas", expresó la primera ministra Giorgia Meloni.
El ministro de Relaciones Exteriores italiano, Antonio Tajani, dijo que el gobierno está buscando ciudadanos italianos que estén presentes en las áreas afectadas por el terremoto que azotó a Turquía y Siria.
"Estamos buscando a todos los italianos que están presentes en la zona afectada por el terremoto. Fueron 21 donde hubo más daños, hay 168 en total en esa zona. En este momento están todos bien".
El canciller italiano ha destacado también que "todos los encontrados están en excelentes condiciones y estamos buscando al resto, con los que hay problemas de conexión, incluso telefónica. Algunos están registrados en la Farnesina y por tanto ya se ha contactado telefónicamente con todos".
“Hasta el momento no tenemos noticias negativas”, concluyó.
La ONU está lista para apoyar la respuesta de emergencia. El presidente de los Estados Unidos, Biden, ha dado el mandato de proporcionar toda la asistencia necesaria. Se han enviado equipos de rescate desde Israel, España, Argelia..
Los presidentes turco y sirio, Erdogan y Assad, han aceptado la ayuda ofrecida por Rusia. Alemania está lista para brindar asistencia y equipo médico, por nombrar algunos países.
Las labores de rescate no cesan ni en la oscuridad, bajo una lluvia helada que seguirá cayendo, junto con la nieve, en las próximas horas. La esperanza de un milagro, de encontrar, aunque sea un solo sobreviviente más, aún no se ha extinguido.
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