Hasta hace unos años, no muchos, un artista como Ariete -que se mueve en el indie pop, convirtiéndose en representante del llamado "Bedroom pop" con atmósferas enrarecidas- nunca hubiera encontrado espacio ni motivación para estar en el festival de la canción.
Hoy las cosas han cambiado y Ariete, como Mara Sattei, Lazza, Tananai, solo por nombrar algunos, tienen todo el derecho de sentarse allí, en la mesa de los grandes.
"Probablemente, hace un tiempo, no hubiera participado, pero el punto de inflexión que dio Amadeus fue muy importante: entendió cómo cambia la música, pero al mismo tiempo no desdeña lo que existió hasta 2010", dijo, en diálogo con la prensa.
"Es un festival en el que si estoy yo, Gianluca Grignani también puede estar, y si Grignani está, Anna también puede estar, además de Oxa y Tananai. En definitiva, es un festival homogéneo, donde hay sitio para todos y la presencia de uno no excluye al otro: así me gusta vivir la música. En cualquier caso, incluir a los jóvenes es la mayor alegría", agregó.
El envión para participar, Arianna Del Giaccio (su nombre real), oriunda de Anzio, en la costa romana, se lo dieron dos EP (Extended Play, a duración de un EP es muy larga para considerarse como sencillo, y muy corta para considerarse como álbum, ndr); y un disco, además de ganas de "aprender y participar". También tuvo un empujón de sus compañeros.
"Sangiovanni, que participó el año pasado, me dijo: 'Ve, es divertido'. También Rkomi. Y aquí estoy", relató.
Pero Sanremo no es algo para tomarse a la ligera, y Ariete lo sabe.
"Me estoy preparando mucho a nivel técnico. Porque vas allí a cantar, no a hacer otra cosa. Tienes que estar preparado, si llegas con el pie izquierdo, mejor no ir. Creo que mi trabajo se basa en la curiosidad y las ganas de implicarme", explicó.
El primer ensayo con la orquesta en el Ariston fue "hermoso" y le dio "mucha energía", aunque admitió que "frente a todos esos músicos" se sintió "pequeña, pero valorada".
"El tema adquiere otro color oyéndolo así. Me salió mimoso", dijo.
Cantautora de las "pequeñas cosas de la vida cotidiana", Ariete lleva su melancolía al Ariston con "Mare di guai". Una reflexión introspectiva sobre una relación acabada (muy femenina), sin por ello abandonarse a la tristeza como fin en sí mismo; por el contrario, la invitación es a reaccionar, a encontrar la fuerza para resurgir de un momento "no" y seguir con la frente en alto.
"Es una canción muy mía, escrita cuando estaba deprimida", relató.
"La tristeza me ayuda. De alguna manera es mi zona de confort como artista", confesó.
La canción también lleva la firma de Calcuta ("uno de mis artistas favoritos"), así como la producción de Dardust.
"Tenía muchas ganas de trabajar con ellos dos. Escribo para satisfacerme a mí misma ante todo y no hay el menor esfuerzo para ser así. La música tiene el poder de hacerte ser natural - explicó una vez más-. Al principio me preguntaba si alguien me entendería. La respuesta fue que lo hicieron más que yo misma", apuntó.
Luego revela que solo confía en una docena de personas.
"¿Soy presuntuosa o insatisfecha?, le pregunto a mi psicóloga. Pero para ella no tiene nada de malo. Desde la escuela hasta mi familia, muchos no han podido captar mi fragilidad. La música vino a ayudarme. Una vez que te sientes bien contigo misma, te sientes bien con los demás. Hoy, incluso la relación conflictiva con mis padres ha mejorado mucho", concluyó.
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