Serrat entre un adiós alegre, emotivo y crítico

Cantautor catalán se despide de los escenarios en Buenos Aires

Joan Manuel Serrat, entre un adiós alegre, emotivo y crítico (foto: ANSA)
Joan Manuel Serrat, entre un adiós alegre, emotivo y crítico (foto: ANSA)

(ANSA) - BUENOS AIRES 20 NOV - Un recital cargado de emoción, amor, las miserias del mundo, los personajes eternos, las bromas y también la calidez de un repertorio de canciones muy íntimas y personales formaron parte del primero de los cinco shows que el cantautor español Joan Manuel Serrat comenzó a presentar la noche del sábado en Buenos Aires, en el marco de su gira mundial de despedida de los escenarios.
    Acompañado por una banda de siete músicos, el artista catalán hizo que el espectáculo se convirtiera en inolvidable y evitar así la tristeza a sus seguidores, de los cuales más de uno no pudo ocultar sus lágrimas, como tampoco lo hizo Serrat, a quien se le "piantó un lagrimón" que intentó disimular en algunas de las canciones que calaban muy profundo de sus recuerdos y los transportaban a su infancia.
    Justamente eso sucedió, cuando interpretó "Mi niñez", pese a que previamente había bromeado y explicado lo que significa para él decirle adiós a los escenarios. "Me despido con alegría", confesó.
    "Buenas noches damas y caballeros, e imparciales en el asunto. Es un gusto estar aquí como lo han hecho en tantas ocasiones, acompañándome esta noche en este concierto que hemos titulado 'el gusto de cantar', aunque también se conoce como 'Serrat afirma que se despide aunque yo no me lo creo'", dijo entre medio de los aplausos.
    Pero ya con un tono un poco más serio, admitió que "he venido a despedirme personalmente como corresponde, despedirme de una ciudad, de un país, y de una gente que tanto amor me ha dado a lo largo de los años. Hemos tenido tantas y tantas complicidades. Me despido con alegría, quiero que sea un concierto en el que reine la alegría".
    Y luego volvió a las bromas agregando: "Les aclaro que este no será mi último concierto. Al menos eso espero. Pero en el caso de que no llegue ustedes podrán decir: 'yo estuve allí, yo lo vi caer' y con los boletos podrán certificar sus presencias".
    Así, entre carcajadas, Serrat, de 78 años, volvió a los momentos emotivos cuando puso su vida en retrospectiva y allí, además de canciones, "se hicieron presentes" su padre, su madre y su abuelo, que, incluso, hace una visita en "El carrusel del Furo", donde su "nieto lo convierte en protagonista de una de sus canciones" y así explica que "El Furo era mi abuelo".
    La nostalgia se apodera del cantautor y recuerda que había sido fusilado por los franquistas y que en realidad antes de eso él no existió.
    "Legalmente, no existe porque su partida de bautismo y sus papeles de matrimonio se perdieron por el incendio que en el año 1931 consumió la iglesia de su pueblo. Tampoco existe la partida de defunción porque los franquistas lo fusilaron y lo tiraron en un barranco... Pero el Furo existe en esta canción", dijo el cantautor.
    Luego llegaron "Lucía" y "Señora", canción que contó cómo surgió su composición y cómo ese personaje no envejeció en tantos años, como es el caso de "Romeo y Julieta", que llevan 400 años juntos, y siguen siendo un par de enamorados adolescentes, dos personajes, ellos no son de verdad ni de mentira, a veces fantasía y a veces realidades o ambas cosas".
    Pero en lo que se refiere a la actualidad, hizo comentarios sobre la realeza británica, con un lenguaje ácido e irónico.
    "¿Recuerdan a la reina de Inglaterra, Isabel II?. ¿Saben que se murió?. Pobre, tan joven (tenía 96 años, NDR), se murió y se terminó el gin tonic... A veces pienso, y digo, si a tí te llega a tocar una familia como la que tenía esa mujer, tú al gin tonic le quitabas la tónica", dijo entre medio de las carcajadas de su público.
    El repertorio continuó con "Romance de curro el palmo, "Hoy por tí mañana por mí" y "No hago otra cosa que pensar en tí".
    Serrat luego hace una crítica a los académicos por las definiciones que hacen sobre la música, porque ninguno habla de las emociones, porque "las emociones son las únicas que pueden definir a una canción".
    Después fue más duro contra los responsables de los cuidados del mundo, y recordó que el cambio climático es un tema que ya se sabía hace más de 50 años, cuando él estudiaba.
    "No se escucharon bien las voces que advertían del peligro que comportaba el uso excesivo de combustibles fósiles, tardamos en reconocer la contaminación del mar, la contaminación de los ríos, de la tierra, del aire, la deforestación, el uso abusivo de la riqueza de la tierra. Sabemos que la cosa es grave, es urgente tomar decisiones severas. Yo viendo el comportamiento de aquellos que debería acortar los plazos del ritmo que lleva estos caminos, aquellos que podrían y deberían hacerlo, parecen estar ocupados en amasar pasta (dinero), parecería que no tienen prisa, parecería que la cosa no fuera con ellos".
    Serrat tras ello volvió al repertorio y dio inicio a la despedida de la noche. Luego de dos horas y media de show y después de interpretar entre otras "Tu nombre me sabe a yerba", "Es caprichoso el azar" y "Hoy puede ser un gran día", el cantautor deja para el final "Pueblo blanco", "Penélope" y "Fiesta" y se marcha en medio de reiteradas y ensordecedoras ovaciones y aplausos de su público.
    La presentación del artista catalán continuaba esta noche en el Movistar Arena de Buenos Aires, donde repetirá funciones el 25, 26 y 29 de noviembre, como parte de su gira sudamericana, que incluyen Chile (el 12 y 13 de noviembre), Perú (16) y Uruguay (22). (ANSA).