Grabación autocrítica del cubano Padilla

Inéditas imágenes, documental de Pavel Giroud en San Sebastián

(ANSA) - SAN SEBASTIAN, 18 SET - Un documental presentado hoy muestra por primera vez en público la grabación de la "autocrítica" que en 1971 realizó el poeta cubano Heberto Padilla, una "escena patética" al tiempo que "buena jugada" de Fidel Castro, dijo su director, Pavel Giroud, en entrevista con ANSA.
    "El espectador es testigo de una escena patética en la que un hombre es obligado a atentar con sus palabras contra su obra y contra sí mismo", señala Giroud (La Habana, 1973) sobre la cinta "El caso Padilla", presentada hoy en la sección Horizontes Latinos del Festival de cine de San Sebastián.
    Sin querer desvelar cómo obtuvo la copia en Betamax de aquella autocrítica, de 4 horas de duración, de la que hasta ahora solo se había publicado la transcripción, sí señala que "todo lo hice de manera lícita. No hay nada raro en la obtención de ese material y su uso legal".
    A Giroud le sorprendió que "la cinta existiera. Porque si yo fuese Fidel Castro al otro día de ver eso lo mandaba a quemar", apunta.
    Corría el año 1961 cuando Fidel Castro "se reunió con los intelectuales cubanos y marca las reglas en las que se puede crear", relata el cineasta. "Dentro de la Revolución, todo, contra la Revolución, nada", les dice".
    Con su libro de poemas "Fuera del juego" (1968) Padilla (1932-2000) "se saltó las reglas del juego y empezó a hacer una obra poética excelente, de contenido político pero demasiado incisiva. Cuando le advierten, él continúa hasta que el escarmiento es ir a prisión", lo que provocó la reacción de intelectuales de todo el mundo.
    Después de 38 días de reclusión, en la Unión de Escritores, ante su esposa, Belkis Cuza, y colegas como Norberto Fuentes, Padilla lee su famosa Autocrítica, en la que renegó de sus obras e ideas y acusa de contrarrevolucionarios a algunos de los presentes.
    Fue "una buena jugada para Fidel Castro, pues metió el bicho de la autocensura en todos los escritores y ningún escritor más nunca fue crítico", relata el cineasta.
    A Padilla, que dejó Cuba en 1980 para irse a Estados Unidos, donde llevó una vida solitaria y apartada y murió a los 68 años, le define como "un hombre progresista pero inconforme".
    Mario Vargas Llosa, a quien el "caso Padilla" le cambió su posición política hacia Cuba, dijo al ver la cinta que ahora entiende "muchas cosas que me decía Padilla que yo no entendía".
    Matices "como cuando estaba siendo irónico o mandando mensajes" y decía "tuvieron la gentileza de sacarme a tomar el sol" o "esos compañeros que son más inteligentes que yo".
    El testimonio de Vargas Llosa es uno de los que aparece en el documental junto a los de Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Jean-Paul Sartre o Jorge Edwards.
    El documental está hecho únicamente con material de archivo pues "mi premisa fue: no quiero que nadie me cuente la historia ahora porque los años te hacen ver el pasado de una manera completamente diferente a como la viviste".
    La autocrítica, afirma Giroud, "ha sido siempre una herramienta de la Revolución. En la escuela recuerdo las autocríticas que les hacían hacer a los compañeros de clase porque hablaban mal de Fidel Castro o hacían un comentario contrarrevolucionario".
    El cineasta habla de la "vigencia" de esta práctica: "La semana pasada muchos periodistas que trabajan para medios de comunicación independientes cubanos fueron obligados a renunciar públicamente a su trabajo y a hacer una auto-confesión como la de Padilla grabada y que se emitiera en redes sociales".
    El gobierno cubano "está repitiendo la fórmula de Fidel Castro, con la diferencia de que él sabía jugar muy bien las reglas del juego, era un ególatra y no quería que nadie le criticara".
    Los actuales dirigentes "sin su carisma ni inteligencia y con un ansia de poder mediocre quieren repetir la fórmula y se les está yendo de las manos".
    A Fidel Castro le califica de "animal político. Estos son unos niños que no han salido de su cápsula" que "están llevando al país a la ruina absoluta", sostiene.
    A su juicio, "la calle acabará ganando, porque hay una generación que no tiene el compromiso que pudo tener la mía por algo bueno que hizo la Revolución por ellos".
    Giroud, que desde hace ochos años reside en España, realizó el documental "con recursos propios. Estoy seguro que en Cuba van a decir que me lo financió la CIA. ¡Ojalá la CIA me lo hubiera financiado!", señala. (ANSA).