San Lorenzo, uno de los grandes clubes de la primera división del fútbol argentino, del cual es hincha el papa Francisco desde su niñez, se preocupa, reza por su salud, le agradece haber puesto el nombre el club en el panorama mundial y lo recuerda como un fanático para "quien no media la razón, sino el corazón" a la hora de hablar de su equipo.
"En los encuentros de Francisco con San Lorenzo en el Vaticano, dejaba el protocolo de lado y se convertía en un chico, en un hincha más. Nos contaba anécdotas de cuando era chico, de cuando se tomaba el autobús 46 para ir a la cancha, y hablaba del viejo estadio del Gasómetro", recuerda a ANSA Leandro Massini, quien fue abogado del club en los primeros años de Jorge Bergoglio en Roma.
Massini fue 12 años abogado del club, desde el 2012 al 2023: "Nosotros participamos desde el minuto cero en que ocurrió la elección de Francisco. El día en que fue elegido Papa nos enteramos por radio en el auto mientras viajábamos a ver una prueba de jugadores. No parábamos de recibir llamados telefónicos con la noticia y la incredulidad de lo que estaba pasando, no imaginábamos el impacto que tendría para el club".
"Empezamos, entonces, a pensar de que manera San Lorenzo podía aprovechar la noticia", agrega. "No tomó por sorpresa, igual que a todos".
Para San Lorenzo, aquellos primeros años de Francisco en el Vaticano coincidió con tiempos dulces en vueltas olímpicas, con la obtención de varios títulos, incluido el más importante a nivel continental, la Copa Libertadores de América, la primera y única en la historia del club del barrio de Boedo, en 2014.
Tras la obtención del campeonato a nivel nacional de 2013, una comitiva del club viajó a Roma para llevarle la Copa. Ese fue el primer contacto que tuvo el club ya no con Bergoglio, sino con Francisco, en Roma.
"Yo no fui esa primera vez. Fui la segunda, cuando llevamos la Copa Libertadores y el tercer viaje, en 2016, el más inolvidable para Francisco y para nosotros", agrega Massini.
"Cuando le llevamos la Copa Libertadores, el Papa estaba exultante, pero ese viaje fue mas restringido. Tuvimos menos tiempo con él".
El tercer viaje al Vaticano para tener una audiencia fue cuando Francisco decidió organizar el Partido de la Paz, en 2016. Bergoglio pensó, obviamente, invitar al club de sus amores: "Nos llamó el Secretario Personal de Francisco y nos dijo 'el Papa quiere hacer el partido con San Lorenzo'.
Obviamente, dijimos que sí al instante".
Francisco, para quien el fútbol tuvo una marca importante en su vida, fue el promotor de ese partido con la Roma, en el Estadio Olímpico.
Massini recuerda ese viaje con particular emoción: "Tuvimos dos audiencias privada con él, la primera con los dos planteles, San Lorenzo y la Roma. Nos llevamos como obsequio un rosario especialmente elaborado para ese encuentro".
"Pero luego tuvimos un encuentro privado, el plantel, los dirigentes y él. Allí Francisco fue un hincha más. Nos saludó uno por uno, le llevamos regalos, nos tomamos fotos individuales, nos contó anécdotas, le contamos historias. Estaba emocionado, parecía un niño. Su equipo de seguridad no lo podía contener, corrían para todos lados para seguirle el paso, totalmente fuera de protocolo", recuerda Massini.
El plantel y los dirigentes quedaron sorprendidos al ver la emoción que tuvo Francisco en esa tarde: "Nos sorprendió de que estaba muy al tanto del equipo, fanático de los jugadores, la ilusión de verlos y hablar con ellos".
Francisco nunca dejó su pasión de lado, y siempre que su nutrida agenda se lo permite, siguen mirando los partidos del club de sus amores.
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