La Santa Sede "se entristeció por algunas escenas de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París y no puede más que sumarse a las voces que se han alzado en los últimos días que deploran la ofensa cometida contra muchos cristianos y creyentes de otras religiones".
"No debe haber alusiones que ridiculicen las creencias religiosas de muchas personas en un evento prestigioso donde el mundo entero se reúne en torno a valores comunes", señala el Vaticano. Y acota: "la libertad de expresión, que evidentemente no es cuestionada, encuentra su límite en el respeto a los demás".
La representación artística de "La éltima Cena" de un grupo de drag queens, una modelo transgénero y el cantante Philippe Katerine en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París desató una ola de críticas en Francia.
La escena de inclusión sin precedentes, que mostró el papel vibrante e influyente de la comunidad LGBTQ+ francesa, fue repudiada por la ultraderecha y por la Iglesia Católica de Francia. Los obispos franceses recordaron a "todos los cristianos de todos los continentes que se han sentido heridos por la desmesura y la provocación de ciertas escenas". En este marco, les enviaron un mensaje para transmitir que "la fiesta olímpica" debe estar "muy por encima de los prejuicios de algunos artistas".
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