Esto a pesar de un repunte récord en el último trimestre, con 459.000 coches eléctricos entregados. Sin embargo, esta cifra estuvo por debajo de lo esperado y no ayudó a recuperar la tendencia vacilante de meses anteriores.
Por lo tanto, un adelantamiento de China se ha convertido en una posibilidad concreta ya en el año que acaba de comenzar: el gigante BYD registrará 1,7 millones de entregas de vehículos totalmente eléctricos en 2024. Una carrera hacia la meta que podría terminar con la caída de Musk del escalón más alto del podio, sin perjuicio de un fuerte impacto en la futura administración Trump, que ya hace que muchos detractores se quejen de conflicto de intereses.
Mientras tanto, en Wall Street, las acciones de Tesla perdieron más del 7%. No se trata solo de las incertidumbres sobre las futuras estrategias de desarrollo del grupo y del papel que Musk, cada vez más involucrado políticamente y en sus otras empresas (desde Space X hasta Starlink).
Lo que influye sobre todo en el rendimiento de Tesla es una competencia cada vez más feroz tanto en el mercado interior estadounidense (donde General Motors, Ford y Rivian ahora también producen coches eléctricos) como en el mercado mundial: no solo el gigante de Shenzen Byd, sino también el coreano Hyundai o los gigantes europeos como BMW y Volkswagen.
Sin embargo, el relanzamiento de Tesla podría venir del proyecto en el que Musk concentra la mayor parte de sus esfuerzos: el coche autónomo, aunque la competencia de los productores chinos no tardará en hacerse sentir también en este caso.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA