Mientras tanto, el ministro inicia consultas con los aliados.
En via XX Settembre es el turno de Forza Italia. Una delegación se reúne con el responsable de Economía, comparte y valora el enfoque de la próxima ley presupuestaria -especifica luego una nota del partido- pero fija sus límites.
"El recorte de las cargas sociales en los salarios es esencial para fomentar el crecimiento", reiteró en una entrevista el secretario Antonio Tajani, ausente porque se encontraba en una misión en los Balcanes.
Y también pretende reducir el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (Irpef) y el otro mantra de Berlusconi, a saber, el aumento de las pensiones mínimas.
El umbral de los 1.000 euros al mes sigue siendo el objetivo al final de la legislatura. Pero por ahora, los italianos confían en mantener el umbral del año pasado por debajo de los 700 euros.
Mientras tanto, en el ya estrecho camino del gobierno, los datos del Instituto de Estadísticas (Istat) que registran el desplome de la producción industrial. En julio el índice general baja en términos tendencia del 3,3% (teniendo en cuenta que los días hábiles de calendario fueron 23 frente a 21 en julio de 2023).
Datos predecible y acorde con una contracción generalizada.
Ir peor si se fija en un período más largo: de mayo de 2022 a julio de 2024, el índice se desploma globalmente hasta el 6,7%.
El descenso se acentúa en los textiles, prendas de vestir y cuero (-25%) y en la madera (-20,7%), probablemente debido a la inflación y al menor poder adquisitivo de los consumidores.
La producción de alimentos, bebidas y tabaco (-2%) y otras industrias manufactureras (-0,9%) son más resilientes. Sin embargo, lo que da esperanzas de un efecto cascada es la revisión al alza del PIB de 2021, que según el Istat debería aumentar entre un 0,9 y un 1,2% con respecto a la estimación publicada el 1 de marzo (1.821,935 millones de euros).
Más allá de las cifras y las estimaciones, la carrera sigue por encontrar los recursos necesarios para confirmar los "deberes" del gobierno, a saber, reducir las cargas sociales en los salarios, reducir el impuesto sobre la renta personal y los bonos por natalidad.
Los partidarios de Forza Italia, reunidos con el ministro de la Liga Norte, insistieron en el apoyo a la clase media, como la reducción del Iperf del 35 al 33%, y ayudas a los jóvenes en términos de hipotecas para la compra de su primera vivienda y con intervenciones contra alquileres altos.
Informan de "un diálogo tranquilo" con el ministro y sin presiones por su parte.
"Sin exabruptos ni peticiones excesivas", resumió Maurizio Gasparri, presente en la reunión. Sugiriendo que busquemos en el 'bosque' de las deducciones, nuevos recortes y, por tanto, dinero fresco. Y Giorgetti, añadieron los presentes, muestra confianza al garantizar que trabajando bien "podríamos hacerlo".
Sin embargo, podría llegar un poco de oxígeno en los plazos del Presupuesto, ajustados pero quizás no muy ajustados.
Según fuentes de la mayoría, el 17 de septiembre se confirmaría la aprobación por parte del Consejo de Ministros del plan estructural presupuestario de siete años, exigido por las nuevas normas europeas.
El siguiente paso, el paso al Parlamento. Pero quizás también por eso el envío del Plan a Bruselas podría posponerse unos días, hasta ahora estancado en la fecha límite del 20 de septiembre. Un retraso que, en consecuencia, permitiría al Gobierno disponer de más tiempo, además de garantizar al Parlamento un debate más profundo sobre el Plan.
Otra fecha que el Palacio Chigi espera es el 23 de septiembre: entonces el Istat anunció la revisión general de las estimaciones anuales de las cuentas nacionales 1995-2023. Un elemento que el Gobierno deberá tener en cuenta en la elaboración del Plan Estructural y del Documento de Planificación Presupuestaria, que recoge el tamaño y las medidas de la maniobra y que deberá ser presentado antes del 15 de octubre.
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