El ministro de Empresa y Made in Italy, Adolfo Urso, elige para el anuncio el Taller Teha de Cernobbio.
Presentará la propuesta para adelantar a la primera parte de 2025 la revisión sobre la paralización de la producción de vehículos de combustión interna hasta 2035, inicialmente prevista para 2026 como parte del 'Green Deal' de la UE.
Urso relanzará la propuesta al día siguiente del Consejo de Competitividad de la UE y planea contactar con los demás ministros europeos, pero primero debe tomar posesión el nuevo gobierno francés.
Mientras tanto, aprovechó la audiencia de Cernobbio para hablar también de energía y anticipar la creación en breve de una "nueva empresa italiana, con una asociación tecnológica extranjera, que permitirá producir en Italia energía nuclear avanzada de tercera generación".
"Producir los reactores - explicó - para luego instalarlos donde sean solicitados en el mundo y ciertamente también en Italia".
El ministro de Transportes e Infraestructuras, Matteo Salvini, también apoya la idea de que ha llegado el momento de que los automóviles procedan a una revisión de la parada endotérmica de aquí a 2035, y aclaró en Cernobbio que Italia "no es la única que expresa algunas dudas sobre el todo eléctrico a partir de 2035".
"Ahora Alemania también lo ha notado y por eso imagino que tendremos más suerte", sostuvo.
"El acuerdo verde - explicó - se hace con un cambio en los métodos operativos y de trabajo".
Según Urso, el problema "no es sólo italiano, es europeo" y se ha convertido en un tema de actualidad en Alemania, donde Volkswagen, el segundo fabricante de automóviles del mundo, ha anunciado el cierre de plantas de producción de vehículos por primera vez después de 87 años de historia y de sus componentes "si no se toman medidas rápidamente", precisó el director general del gigante de Wolfsburgo.
De hecho, desde el fin de Covid, el grupo ha perdido alrededor de 500.000 coches vendidos, lo que equivale a la capacidad de producción de dos fábricas.
En este contexto, según el ministro, Europa "corre el riesgo de derrumbarse" debido a la competencia de los fabricantes chinos, favorecidos por la mayor disponibilidad de materias primas para las baterías y los menores costes de producción, justo cuando los grupos europeos deben equiparse para convertir a eléctricas sus líneas de montaje para 2035.
"El proceso del acuerdo verde - explica Urso - prevé una cláusula de revisión hasta finales de 2026, pero quien conoce el sistema de producción sabe que se realizan inversiones si hay certeza".
A este ritmo, en su opinión, la supervivencia de toda la industria automovilística europea se convierte en un problema, "incapaz de soportar el riesgo que se le ha impuesto sin los recursos y las inversiones públicas adecuadas".
"Pido que adelantemos esta decisión - subrayó - porque si dejamos la incertidumbre hasta 2026, corremos el riesgo de una ola de huelgas y protestas europeas como las de los agricultores y corremos el riesgo del colapso de la industria".
"Por eso - prosiguió - pediré un avance para la primera parte del próximo año, para revisar el proceso, los tiempos y la forma de alcanzar la sostenibilidad ambiental en nuestro continente".
"Si queremos mantener unos plazos ajustados - concluyó - debemos apoyar a la industria con recursos públicos europeos impresionantes, con un plan tipo PNRR (Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia) para el sector del automóvil y, en cualquier caso, el calendario debe ser adecuado para el desarrollo económico, productivo y social de nuestro país".
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