(ANSA) ROMA - Italia cerrará 2023 con una inflación estimada de 5,7%, informó hoy el Istat, el instituto oficial de estadísticas, que prevé para diciembre del año pasado un incremento del 0,2% mensual del índice nacional de precios al consumo y del 0,6% respecto al mismo mes de 2022.
Se trata de una nota reducción frente al 8,1% registrado en 2022. Netos de la energía y los alimentos frescos, la llamada "inflación subyacente", los precios al consumidor aumentaron el año pasado 5,1%- La desaceleración tendencial de la inflación se debe principalmente a los precios de los bienes energéticos regulados.
Los precios de los alimentos, los artículos para el hogar y el cuidado personal se desaceleraron ligeramente de forma tendencial, del +5,4% al +5,3%, al igual que los de los productos de compra de alta frecuencia (del +4,6% al +4,4%).
El aumento cíclico del índice general se debe principalmente al crecimiento de los precios de los servicios relacionados con el transporte (+1,4% también debido a factores estacionales), de los bienes alimentarios no elaborados (+0,7%) y de los bienes no duraderos (+0,5%) Los efectos de estos aumentos fueron sólo parcialmente compensados ;;por la disminución de los precios de la energía, tanto regulada (-3,2%) como no regulada (-2,1%).
El índice armonizado de precios al consumo (IPCA) aumentó un 0,2% mensual y un 0,5% anual (desde el +0,6% de noviembre), confirmando la estimación preliminar. Su variación anual media en 2023 es del +5,9% (+8,7% en 2022).
"Vivimos una fase de recuperación de la inflación en 2021, luego una rápida aceleración en 2022 y una desaceleración de la inflación en 2023, que cerró con una tasa del 5,7%". Así comentó el Istat la tendencia de la inflación en el trienio 2021-2023.
"La fase de desaceleración de la inflación no ha sido homogénea, la inflación se ha desacelerado hasta ahora, principalmente debido al efecto de los precios de los bienes energéticos, pero habrá que ver para el futuro", explicó Alessandro Lunetti, director de estadísticas de consumo de Istat.
"El año parece cerrar un ciclo inflacionario, pero hay elementos de incertidumbre y no es posible predecir si al final realmente se ha cerrado un ciclo. En el caso de los alimentos, pese a la desaceleración en la parte final del año, sigue existiendo un efecto de arrastre de la inflación hasta 2024, relativamente marcado", advirtió.
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