(ANSA) ROMA - Las perspectivas económicas internacionales siguen siendo muy inciertas, condicionadas por el recrudecimiento de las tensiones geopolíticas y unas condiciones financieras desfavorables para los hogares y las empresas, lo que podría complicar la marcha de la economía italiana.
Así sostiene en su último informe el Istat, el instituto oficial de estadísticas, que revela que en el tercer trimestre, el PIB italiano se mantuvo estable en comparación con el segundo, con un comportamiento mejor que el de Alemania, pero peor que el de Francia y España.
La variación adquirida del crecimiento del PIB para 2023 es del 0,7%.
En octubre, la confianza de los hogares y las empresas siguió cayendo, lo que sugiere que la economía italiana podría ralentizarse en los próximos meses, advierte el Istat.
Según el organismo, las principales economías siguieron mostrando un dinamismo diferenciado: mientras que el PIB se aceleró con fuerza en China y Estados Unidos, el crecimiento en Europa permaneció estancado.
En la zona euro, el PIB registró en el tercer trimestre un retroceso marginal (-0,1% tras el +0,2% de los tres meses anteriores). Y las perspectivas para la zona siguen siendo desfavorables.
En Italia, en el tercer trimestre, el PIB se mantuvo, según la estimación preliminar, sin cambios respecto a los tres meses anteriores, y registró un resultado mejor que la media de la zona euro y Alemania (ambos -0,1%) pero peor que el de Francia y España (+0,1% y +0,3%).
La demanda interna tuvo una contribución negativa, mientras que el componente exterior neto contribuyó positivamente.
Por el lado de la oferta, el índice desestacionalizado de la producción manufacturera en septiembre se mantuvo sin cambios tras el ligero aumento de agosto.
En promedio, para el tercer trimestre la producción aumentó un 0,2% con respecto a los tres meses anteriores. El mercado laboral siguió mostrando una buena resistencia a pesar de la debilidad cíclica. En septiembre, el número de personas empleadas y desempleadas aumentó con respecto a agosto, mientras que el número de personas inactivas disminuyó.
La inflación se situó en octubre en Italiapor debajo del 2 %, es decir, un punto por debajo de la media de la zona euro, debido a la mayor caída de los precios de los bienes energéticos.
En un contexto débil, pero estable, la confianza de los consumidores siguió cayendo por cuarto mes consecutivo, alcanzando su valor más bajo desde enero, con un empeoramiento general de todos los componentes del indicador, a excepción de las expectativas sobre el desempleo y la situación económica familiar.
El índice de confianza empresarial también registró un descenso en todos los sectores económicos, salvo en la construcción.
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